atentados paris
París, violencia y democracia
Es más factible que la violencia aparezca en territorios en los que el Estado no la puede controlar o que no están gobernados por democracias, y es normal que no nos cause tanta conmoción como cuando surge en democracias avanzadas. Por eso quizá nos sorprenden y nos golpean más hechos como los de París, que lo sucedido en Beirut un día antes, o en Kenia.
Hasta dónde hay que tener miedo
El relato de los atentados de París, la tentación política de rentabilizar el terrorismo y la insistencia mediática en repetir las mismas informaciones, contribuyen a crear un clima social en el que el miedo colectivo es protagonista. El 73% de los franceses comulga con la merma de derechos que supone el estado de excepción y que Hollande no habría logrado aplicar en otro momento.
Para combatir al ISIS, Occidente tiene que aliarse con Rusia, Irán y Siria
Si no creamos las condiciones necesarias para formar una alianza de todas las fuerzas del bien -que abarque todo el mundo- contra aquellos que defienden el mal, el problema sólo puede ir a mayor y la peor de las violencias se verá incrementada en las calles y recurrirán a ella las víctimas del caos de otra parte del mundo.
¿Estamos en guerra?
Las guerras ya no se declaran. La II Guerra Mundial puso fin a aquella práctica diplomática de anunciar solemnemente la hostilidad generalizada al "declarar la guerra". Pero la guerra existe. La guerra continúa. La guerra sigue siendo el estado definitivo de la conflictividad sobre el planeta Tierra.
A los de Daesh, a las de Daesh
Cada muerte representa para vosotros una victoria, pero no estáis preparados para ganar porque, hagáis lo que hagáis, no nos cambiaréis. Aquí en Francia lo que nos gusta es la vida. Y todos los placeres que conlleva. Para nosotros, lo principal es follar, reír, comer, jugar, follar, beber, leer, echarse la siesta, follar, discutir, comer, argumentar, pintar, follar...