Ahora comenzamos a saber que las personas que hablan idiomas adquieren grandes ventajas cognitivas que repercuten en su vida cotidiana. Sus cerebros experimentan cambios que se expresan en una mejora en el aprendizaje y ejecución de las llamadas funciones mentales complejas, aquellas que permiten llevar a cabo con éxito una tarea con un propósito determinado.