Permitirá a empresas y de aseguradoras abandonar la cobertura para el control de la natalidad si va contra sus principios religiosos o morales, un coladero que podría privar a millones de mujeres del acceso gratuito a los medicamentos.
¿Cuál es la diferencia entre un hombre adulto que decide que no quiere procrear y una mujer que toma la misma decisión? ¿Por qué no puedo ser yo quien decida qué es lo mejor para mí? Y, ¿por qué me seguían obligando a adaptarme a la definición social de mujer?