Así que cuando llegue el próximo sábado y no haya quedado con ningún hombre, no me importará. Sí que me gustaría tener a alguien -no soy de piedra y el romance y el sexo son cosas importantes para mí-, pero no necesito que nadie me diga lo que valgo.
Así que, a todos esos ojitos tristes e inquisidores: no tenéis derecho a juzgar mis decisiones por tener más estudios que yo, una casa más grande o hijos. Vosotros sois seres humanos y yo también. Llevo 28 años en este planeta y sigo sin saber qué puñetas estoy haciendo.