El 14 de enero de 2018, la madre de Aitor García, un joven de 24 años, llamó al SUMMA 112 porque su hijo se ahogaba. Falleció por falta de riego cerebral tras negarle en un primer momento el envío de una ambulancia. Después la primera llamada, el chico entra en parada cardiorrespiratoria y tras 23 minutos es llevado al hospital. Murió cuatro días después.