Después de ver Incendios, de Wajdi Mouawad, dirigida por Mario Gas en el Teatro de la Abadía, la sigo paladeando como si me acabara de comer un bombón. Paso la lengua por la boca buscando los restos de chocolate todavía pegados a los dientes y las encías. Mi memoria reciente me dice que es un bombón hecho con un buen chocolate amargo.
El de Don Juan es uno es uno de los mitos más conocidos de la civilización occidental. Ha sido versionado en más de 500 versiones teatrales y una decena de películas; y es, quizá, materia ideal para una ópera rock. Esto es lo que han debido pensar Darío Facal y su equipo al poner en escena El burlador de Sevilla.