El libro de Albert Camus es una advertencia a las generaciones futuras y el final de la obra es revelador: "El bacilo de la peste ni muere ni desaparece y llegará un día en que despertará sus ratas y las enviará a morir a una ciudad feliz". Somos responsables de mantener la llama de la conciencia y del rechazo a la indiferencia. Estamos reconstruyendo poco a poco los pensamientos y los reflejos que llevaron a la destrucción de la humanidad.
Al músico lojano Pedro Peralta se le veía enfadado, haciendo movimientos bruscos con las manos, mirando a sus compañeros. Cuando nadie lo esperaba, cogió el micrófono y dijo que no tocaba, que con aquel sonido terrible que le habían preparado era imposible. No, no y no, Peralta no tocaba.
Hoy parece impropio de poetas incluso que vayan a ver un partido de fútbol, mucho más que se enzarcen en una lucha de versos defendiendo a Valdés y Casillas. El fútbol se ha alejado de la literatura. Quizá todo el deporte se ha alejado del arte.