En un país de tradición cristiana como el nuestro, la Iglesia católica es la que ha venido estableciendo desde hace cientos de años lo que esta bien y lo que está mal. Los principios y valores de la Iglesia, en los que yo he sido educado, no me parecen mal para vivir en sociedad. Sin embargo, no me encuentro demasiado cómodo con el principio del perdón que predica la Iglesia.