Es imprescindible volver a tomar el pulso a todas nuestras luchas y reivindicaciones en las calles, tras muchos meses de parón a causa de las medidas sanitarias.
Tenemos como retos de futuro inmediato la derogación de los aspectos lesivos de la reforma laboral y la elaboración del Nuevo Estatuto de las Personas Trabajadoras.
Este 1 de Mayo debe ser un reconocimiento explícito a todas las personas trabajadoras que han formado parte de los servicios esenciales durante la pandemia.
Mal empezó el primer día de mayo, Día Internacional de los Trabajadores, en mi ciudad, Zaragoza, cuando, una vez más, a la misma hora salieron desde lugares distintos tres manifestaciones sindicales, tres, para poner de manifiesto la falta de unidad en el mundo del trabajo y de la izquierda en general.