Siete maneras de gastar el dinero de la jubilación

Siete maneras de gastar el dinero de la jubilación

Hace unas semanas, una empresa de planificación financiera se puso en contacto conmigo para que escribiera un artículo para su página web. Buscaban un punto de vista interesante sobre ahorro y planificación para la jubilación. Pero soy incapaz de escribir algo interesante sobre cómo ahorrar dinero. En cambio, puedo dar muchos consejos sobre cómo gastarlo.

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Hace unas semanas, una empresa de planificación financiera se puso en contacto conmigo para que escribiera un artículo para su página web. Buscaban un punto de vista interesante sobre ahorro y planificación para la jubilación.

Pero soy incapaz de escribir algo interesante sobre ahorrar dinero.

Puede que haya trabajado casi 40 años en el mundo de la economía y de los presupuestos, pero eso no significa que pueda dar consejos interesantes (o buenos) sobre cómo ahorrar.

En cambio, puedo dar muchos consejos sobre cómo gastar.

Llevo gastando dinero profesionalmente toda mi vida. Se me da genial. Y ahora que tengo 65 años puedo echar la vista atrás y comprobar dónde compré bien y dónde compré mal. Y también puedo saber cómo me van a ir las cosas en los próximos años.

Oprah Winfrey cierra cada edición de su revista con una columna titulada "What I Know For Sure" [De lo que estoy segura].

Esto es de lo que estoy segura sobre gastar dinero después de la jubilación:

1. En resumen: ya tienes suficientes cosas.

Colecciones. De búhos, de dedales, de tazas de té... La mitad de las veces que empezaste una colección es porque hace 30 años alguien te compró uno, dijiste que te parecía gracioso y, desde entonces, te regalan siempre lo mismo por tu cumpleaños. Pero ahora eres mayor y ya tienes suficientes broches de mariposas. Así que, a no ser que uno de tus hijos --o quien vaya a limpiar tu casa cuando te mueras-- haya dicho expresamente que tus pertenencias tienen valor o que les encantaría heredarlas, DEJA de coleccionar estas cosas. Dile a la gente que deje de comprártelas. Y luego selecciona los objetos que tengan valor de verdad. Y cuando digo valor, me refiero a los que te hagan FELIZ.

2. Si eres como yo, nunca dejará de encantarte la ropa.

Siempre querrás comprarte ropa nueva. NECESITAS ropa nueva. Pero NO, en el fondo no la necesitas. Sin embargo, si eres como yo, acabarás comprándola de todas formas. Ya que vas a comprarte algo que quieres, en vez de algo que necesitas, asegúrate de que sea algo que te ENCANTE. Si no te has leído el libro La magia del orden, de Marie Kondo, te recomiendo que veas un par de sus vídeos de YouTube. Puede parecer algo exagerada, pero su convicción principal puede aplicarse a todo el mundo: tus posesiones tienen que darte alegría. Por eso, cuando digo que te quedes con las cosas que te hacen feliz, eso es lo que quiero decir: que te hagan feliz y te den alegría. Lo mismo que cuando aconsejo que te compres ropa que te encante. Conozco a mucha gente que odia comprar o que odia su aspecto y lo que busca es algo que sea "lo suficientemente bueno". Y esto se ve en las personas mayores. Hay que tratarse mejor, hay que comprar con alegría. Piénsalo: si sólo compras ropa que te encante, todos los días llevarás algo que te encante. ¿A que suena bien?

3. Comida. Buena comida. Gástate el dinero en comida sana.

Estará riquísima y te beneficiará. Los buenos alimentos preparados de una forma simple son deliciosos. Y no soy la primera persona que ha dicho "Somos lo que comemos". Es la verdad. Si tienes más de 50 años, piensa en lo mayores que son tus huesos y tus órganos. ¿Las distintas partes de un coche duran 50 años? Quiero que mi estómago aguante por lo menos hasta los 90. Aunque seamos afortunados de vivir en una época en la que te pueden operar y ponerte prótesis de rodillas o de cadera, hay muchas partes del cuerpo que no se pueden sustituir.

4. Soy una persona muy casera.

No hay nada que me guste más que sentarme en la cocina. Pero, a medida que me he hecho mayor, me he dado cuenta de que el mundo está lleno de belleza y de experiencias que enriquecen la mente y los recuerdos. Invierte parte de tus ahorros en recuerdos. Viaja.

5. Todos necesitamos un capricho de vez en cuando.

Cuando no tenía dinero, aprendí que no necesitaba un abrigo nuevo cuando me apetecía un poco de terapia de compras: con un pintaúñas nuevo bastaría. Hay que encontrar algo barato que satisfaga la necesidad de darse un capricho de vez en cuando. Mi marido y yo salimos a tomar yogur helado los viernes por la noche. Me gustan los pintalabios de las farmacias. Tengo una amiga a la que le encantan los calcetines graciosos. A otra le gustan los Post-ts bonitos. A mi madre le gusta comprar lotería. Disfruta de la frivolidad de comprar cosas baratas.

6. Me encantan los libros.

Me encantan. Me encanta mi Kindle. Pero, principalmente, me ENCANTAN las bibliotecas. Qué institución más fabulosa. Puedes leer lo que quieras GRATIS. Es como un milagro inmenso. Y, además, puedes socializar a la vez: algo inusual, pero beneficioso para las ratas de biblioteca. Ve a la biblioteca todas las semanas. Gasta el dinero que te ahorres al no comprar libros en yogures helados.

7. Necesitas un mejor amigo.

Y que sea peludo. Si no tienes gato o perro, ve a una protectora y adopta a uno. Cuando era joven, trabajé varios años en una organización que ayudaba a ancianos. Los clientes más sanos tenían mascotas. Los más felices tenían mascotas. Estos animales te dan una razón para levantarte por las mañanas. Te ayudan a hacer ejercicio. Te hacen reír. Te quieren a pesar de las arrugas. Te dan ALEGRÍA (y ratones muertos).

Para leer más cosas escritas por Nancy (en inglés), visita su blog: Not Quite Old.

Este post fue publicado con anterioridad en la edición estadounidense de 'The Huffington Post' y ha sido traducido del inglés por Irene de Andrés Armenteros.

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