Armas químicas en Siria II: el asunto se va aclarando
De ser cierto que los rebeldes han usado un arma química, una parte importante de la responsabilidad recaería en Barack Obama, que al fijar ahí sus "líneas rojas" para una intervención militar no ha hecho sino invitar a las milicias rebeldes a 'fabricar' un incidente de este tipo.
Hace unos días escribíamos en esta misma página un artículo en el que poníamos en cuestión la rotundidad con la que la prensa, de manera unánime, había dado por hecho que el régimen sirio hubiese utilizado gas sarín contra los rebeldes. Dudábamos, por una parte, de que el ataque hubiese sido realmente con gas sarín. Por otra parte, y esto era lo importante, intentábamos hacer ver que, sin poder afirmarlo con seguridad, los indicios apuntaban más a los grupos radicales de la oposición (en concreto a Jabat al-Nusra) que a la dictadura de al-Assad.
Pues bien, no ha habido que esperar mucho para ver cómo se van confirmando aquellas sospechas. Poco después, el martes 30, el presidente Obama hacía una nueva declaración pública, mucho menos difundida, en la que, repentinamente, reconocía no contar con información fiable acerca de si se han usado armas químicas en Siria, dónde se han usado, y "lo que es más importante, quién las ha usado". Pero el lunes 6 ha llegado la confirmación más clara: Carla del Ponte, la responsable de uno de los equipos de la ONU encargados de investigar estos incidentes, anunciaba que existían "indicios poderosos" de que los rebeldes, no Assad, habían utilizado "gas sarín".
Casi al mismo tiempo, las "sólidas pruebas" con las que decía contar el Gobierno británico, se evaporaban de golpe. El secretario de Defensa británico, en una nota a la que tan sólo prestaron atención los periódicos de su país, advertía que las muestras de tierra contaminada con gas sarín "se han deteriorado" misteriosamente y que "ya no es posible sacar ninguna conclusión" a partir de ellas. Qué mala suerte. A Carla del Ponte y su equipo les habrían resultado muy útiles.
Me parece que con esto queda claro que sí se usó un arma química en Alepo en marzo pasado, y que la usaron los rebeldes, tal y como ya sospecha abiertamente la ONU. Quiero pensar todavía, sin embargo, que es más probable que se trate de cloro, no de gas sarín. Esto es lo que mejor coincide con los síntomas descritos por los testigos, y también con los documentos gráficos (aunque estos hay que ponerlos en cuarentena).
Dentro de lo malo, sería una noticia relativamente (muy relativamente) tranquilizadora, porque el cloro no es fácil de trasladar ni es tan mortífero como el gas sarín. Aunque el Gobierno sirio habló de dos docenas de muertos en Alepo, podría ser que esa cifra, como casi todas las que nos llegan de Siria (de un bando y otro) esté hinchada. El cloro, de hecho, ni siquiera es un arma prohibida por las leyes internacionales. Es decir: que ni al-Assad ha utilizado su arsenal ni tampoco se han apoderado de él los yihadistas. Al menos, por ahora.
Pero no hay que descartar que los rebeldes hayan empleado gas sarín. De ser así se plantea una curiosa cuestión de principios: ¿Va Estados Unidos a aplicar sus "líneas rojas" y bombardear a los rebeldes?
Evidentemente, no. Precisamente de lo que oímos hablar de repente es de armar a los rebeldes, mientras que Israel ha decidido poner su aviación a su servicio. Porque, dicho sea de paso, la explicación, divulgada sin comprobación por la prensa, de que los israelíes sólo han bombardeado un convoy destinado a Hezbollah, no coincide tampoco con los hechos: lo que se ha atacado es el palacio presidencial y posiciones de primera línea en Damasco donde los rebeldes están a punto de retirarse.
En realidad, y esta es la gran noticia oculta de las últimas dos semanas, es que los guerrilleros de la oposición se están replegando desordenadamente en todos los frentes y que muchos analistas militares occidentales tienen la convicción de que el régimen podría ganar la guerra en poco tiempo. Es ahí donde hay que buscar la explicación de toda esta estrategia de desinformación a la que nos están sometiendo.
Pero es que el asunto tiene un ángulo todavía más preocupante. Y es que, de ser cierto que los rebeldes han usado un arma química, una parte importante de la responsabilidad recaería en Barack Obama, que al fijar ahí sus "líneas rojas" para una intervención militar no ha hecho sino invitar a las milicias rebeldes a fabricar un incidente de este tipo. Ahora ya saben lo que tienen que hacer todas las guerrillas del mundo que luchen contra gobiernos que tengan (o se suponga que tengan) armas químicas. Es un pésimo precedente.
En cuanto a los medios, ¿qué decir?