La Fábrica de la Tele cierra por ‘desamor’: un final agónico y una nueva compañía a la vista
La productora vinculada durante más de 17 años a Mediaset firmará su ‘divorcio’ con la cadena y se disolverá definitivamente en las próximas semanas.
La Fábrica de la Tele (LFDT) ha sido la productora de confianza de Mediaset durante casi dos décadas. Ahora, con una lógica aplastante, sus dueños sentencian la muerte de la empresa: “La prensa se ha cansado de escribir que esta era la productora ‘de confianza’ del grupo y, efectivamente, lo era. Pero cuando desaparece la confianza es mejor salir porque no sabes que te puedes esperar (…) La Fábrica de la Tele ya no va a producir más. Fue una idea conjunta de Mediaset y nuestra. Muerto el proyecto en común, lo lógico era cerrar y es lo que nosotros les propusimos”.
Adrián Madrid y Óscar Cornejo, responsables y creadores de LFDT, han tardado en asimilar que no entraban en los planes de la ‘nueva’ Mediaset. Aceptar que les querían desahuciar de la que había sido su casa durante más de 17 años. Sin embargo, no fue por falta de señales evidentes, sino por un presunto gaslighting continuado por parte del grupo audiovisual.
“Nos negaban a la cara todo el ‘runrun’ que iba contando la prensa sobre la cancelación de Sálvame. Hasta una semana antes, no es que solo nos lo negaran, sino que también nos hablaban de futuro y con un millón de detalles. Se nos negaba todo desde todas las capas de esa cadena, desde abajo hasta arriba”, explican sus fundadores en la primera (y última) copa de Navidad con los medios organizada por la productora.
En reiteradas ocasiones, durante la quedada, repiten que el pasado está “pisado” y que no tienen intención de que se conozca su versión. “Qué más da ya cómo haya sido todo (…) Han sido años de disfrute de una total libertad editorial y creativa, y de una locura colectiva, que por más que hayan podido hacer este año, te duele el día que te pisotean, pero al día siguiente se te ha pasado el dolor. No pueden borrar el pasado, ni el presente, ni mucho menos el futuro”, aseguran con firmeza tras haber trabajado mucho, según sus testimonios, en aprender a gestionar emocionalmente este final.
A pesar de su serenidad, los productores aseguran que empatizan con la rabia que han expresado en diversas ocasiones a raíz de su salida los colaboradores más conocidos de sus programas. "Es que se les ha prohibido la entrada a las instalaciones. Se ha prohibido que se les llame. No se podía hacer nada con ellos y cada vez que nosotros les nombrábamos, nos volvían a pisotear. No lo entendíamos", recuerdan al mismo tiempo que confiesan haber escuchado literalmente que a otras presentadoras como Nuria Marín o María Patiño “no las querían allí”.
Divorcio y disolución
La marcha de su mayor ‘aliado’, Paolo Vasile, la fusión con Media For Europe (MFE) y la reestructuración del equipo directivo del conglomerado fueron transformando la “historia de amor” de La Fábrica de la Tele y Mediaset en una relación tóxica cargada de traiciones, vetos y ‘sinsentidos’. Cuando los jefes de la productora narran cómo vivieron cada paso todavía transmiten cierto hastío:
“Con perspectiva pensaremos que ha sido un final rápido, pero para nosotros ha sido un final lento y duro. Pero si no te quieren, lo mejor es marcharse (…) Hace un año éramos una empresa con muchas horas de producción y con un equipo enorme de más de 300 empleados y llegaremos al 31 de diciembre poniendo casi a 0 el contador de trabajadores”, adelantan.
Y es que, la empresa de producción firmará definitivamente su divorcio con Mediaset en unos días tras decidir ceder a terceros los programas producidos de manera conjunta que todavía están en emisión, Todo es mentira, Socialité y Viajando con Chester. Seguidamente, la compañía llevará a cabo su disolución total. “El 31 de diciembre se acababan los contratos que normalmente se renuevan de manera automática y nosotros propusimos utilizar esa ventana para dejar de producir. Que buscaran a quien sea, que nosotros facilitábamos el traspaso de esas producciones”
Según relatan, La Fábrica de la Tele cuenta actualmente con alrededor de 130 trabajadores y cerca de 70 se quedarán trabajando en las producciones que están todavía en marcha. Por otro lado, un grupo más pequeño, de unos 60 trabajadores, “entrará en un nuevo Expediente de Regulación de Empleo (ERE) que empezó hace unos días”.
Un futuro con nuevas ‘compañías’
La monogamia durante 17 años les ha gustado, pero tal y como confiesan, “quizá ahora hay que explorar otras fórmulas” y probar a fabricar ideas para distintos ‘clientes’. Para ello, el camino deberá empezar por la creación de una nueva productora.
“Sabemos que vamos a seguir juntos, pero no sabemos de qué manera. Aunque parezca raro y aunque hayamos imaginado muchas cosas, todavía no nos hemos movido en ese sentido. Sí sabemos que Netflix quiere continuar, quiere que sigamos nosotros y ellos están esperando a que les contemos de qué manera y con qué instrumento. No queremos dar ningún paso precisamente para no hacer nada que pudiera enturbiar todavía más este divorcio”, explican.
En este sentido, es prácticamente un hecho que los espectadores podrán disfrutar de una segunda temporada de Sálvese quien pueda en la plataforma antes del próximo verano. Más allá de Netflix, Cornejo y Madrid todavía están procesando todas las sugerencias que les han llegado en los últimos meses: “Hemos recibido propuestas que nos han descuadrado y que no somos capaces todavía de asimilar. Y no estamos hablando de ninguna televisión".
Sea como fuere, todo lo que venga después de su desamor con Mediaset tendrá que tener(les) paciencia. Aún con las ganas e ilusión de comenzar un nuevo camino profesional, ambos confiesan que esa burbuja de éxito en la que han permanecido durante tantos años les ha dejado el listón muy alto: “Es difícil que se repita algo tan inspirador, mágico e ilusionante como lo que hemos vivido estos años”.