Carnicería en la derecha mediática: todos contra todos a menos de un mes del 23J
A pocas semanas de las elecciones generales se ha desatado una guerra pública entre los medios de comunicación más conservadores
Los puñales vuelan entre los medios de comunicación de la derecha. A menos de un mes de las elecciones generales los líderes de algunos de los diarios y grupos de comunicación españoles más conservadores han comenzado a atacarse mutua y públicamente sin ningún tipo de pudor. En algunos casos por la propia división política existente entre el PP y Vox y en otros, sin embargo, por presuntas ‘traiciones’ y rencillas personales.
Los últimos en sacar a tender los trapos sucios han sido Federico Jiménez Losantos y Javier Negre, ambos acérrimos defensores de la ultraderecha. Hace una semana el veterano periodista no dudó en atacar desde su emisora a Estado de Alarma TV (EDATV) tildándolo de medio “mafioso y granujiento”. En su intervención, Losantos afirmó que el medio de comunicación controlado por Negre es “una especie de radiocable(...) controlado por mediocres de tercera o cuarta división” que, en palabras del locutor, “si no están en el bolsillo de algún partidito (político) no sacarían adelante su minúsculo medio”.
A pesar de que las ‘pullas’ entre ambos medios son habituales, en esta ocasión venían enmarcadas en un nuevo capítulo de su enfrentamiento con Vox. Desde esRadio plantearon que los de Santiago Abascal “creen que los medios están para servirlos y que el mejor periodista es al que pagan” y que en este caso consideran que financiando EDATV “se dirigen a su base”, nada más lejos de la realidad según Losantos: “La gente que vota a Vox siempre ha escuchado esRadio y si no escucha esRadio no sabe ni quienes son los militantes, ni quiénes son los candidatos”, aseguraba, añadiendo además que “se dedican a hacer editoriales contra mí (…) a mí eso ya es que casi me excita”.
Como era de esperar, Javier Negre no tardó en responder vía Twitter a dichos insultos: “Según Federico mi medio es granujiento y mafioso. Nosotros sí podemos probar cómo ha presionado a empresas del Ibex35 o a dirigentes del PP para hacer caja. Él no. Sus prácticas matoniles están prohibidas en la casa que presido. Se cree el ladrón que todos son de su condición”.
En esta línea, el experiodista de El Mundo argumentó que Jiménez Losantos “no acepta que le hayamos quitado audiencia por sus ataques a Vox” y que el hecho de que les ataque “es una buena señal”. Pero, lejos de evitar que el conflicto fuera a mayores, Negre además aprovechó el hilo de la red social para amenazar al periodista con exponer las cuentas de su grupo de comunicación, dando por hecho que saldrían a la luz graves irregularidades:
“Nosotros no nos movemos por el dinero. Sí por la defensa de unas ideas que son inamovibles y que no mueve ningún cheque como es su caso (…) Acusarnos de estar financiados por Putin (como dijo falsamente hace meses) o por un “partidito” cuando su medio fue financiado por la caja B de Bárcenas es grotesco. ¿Enseñamos las cuentas Federico? ¿Le explicamos a los españoles cómo subsistes?”.
Vozpópuli VS. The Objective
Otro de los frentes de la batalla que libran los medios de derechas más ‘antisanchistas’ es el que mantienen abierto Vozpópuli y The Objective. A pesar de que las rencillas entre ambos digitales han existido desde su creación por el pasado –algo tormentoso- que les une, lo sucedido este último mes ha evidenciado su conflictiva relación.
Como ya explicó este medio, hace unas semanas, GFK, el medidor oficial de consumo digital en España, detectó una “incidencia” en los datos de audiencia reportados por Vozpópuli, el diario fundado por Jesús Cacho. Según expuso la compañía en una reunión extraordinaria con la Comisión de Clientes, la causa del error era “una implementación incorrecta del tag Sensic para AMP fuera de las propiedades digitales de la entidad”. Fuentes del sector lo tradujeron como una manera de “comprar audiencia” o “inflar las cifras de usuarios únicos”.
Sea como fuere, varias personas conocedoras de lo sucedido apuntaron que la ‘denuncia’ o ‘petición de revisión’ fue interpuesta por Álvaro Nieto, el exdirector de Vozpópuli y actual líder de The Objective. En este sentido, aunque fuentes oficiales del nuevo digital desmienten categóricamente que su director haya tenido nada que ver con la detección de dicha incidencia, el máximo responsable del periódico afectado, ante la duda, solicitó a GFK que delatara al denunciante que les había acusado de no cumplir con las normas.
Fuentes cercanas a los protagonistas detallan que “la fijación” de ambos es tal que Cacho habría planteado en sus círculos la posibilidad de que Nieto hubiese “comprado esa audiencia para Vozpópuli” con el objetivo de poder señalarles como infractores. Por su parte, desde el círculo de Álvaro Nieto aseguran conocer “cómo y quiénes hacen las trampas”. En definitiva, un conflicto latente del que es conocedora una gran parte del panorama periodístico.
A estas disputas se le puede sumar también la eterna lucha entre el director de Okdiario, Eduardo Inda, y Javier Negre. Su pésima relación llegó a rozar varias líneas rojas hace un año cuando ambos periodistas se insultaron sin tapujos vía redes sociales, se amenazaron e incluso se infiltraron en sus respectivas empresas y se grabaron clandestinamente en sus círculos más cercanos. Pero, ¿por qué hay tanta tensión entre unos medios que comparten ideología?
Supervivencia mediática
Cabe destacar que, además de comunicadores, los protagonistas de todos estos enfrentamientos son también empresarios. Esto cobra importancia si se tiene en cuenta la elevada competencia que hay actualmente en el sector, en general, y en la cuerda más conservadora en particular.
En los dos últimos años la proliferación de nuevos medios de derechas que comparten el objetivo de azotar a la figura de Pedro Sánchez ha provocado un overbooking nada favorable para los digitales que lo componen. Todos ellos pelean por un mismo público, anunciantes similares y un trozo de la tarta más golosa, la publicidad institucional. Pero, no siempre hay o habrá hueco para todos.
Además, la relación entre el PP y Vox no es la más idílica. Las polémicas que generan sus roces y alianzas también generan numerosas fricciones entre los editoriales de los medios y los correspondientes egos que los guían.
Pero, en cualquier caso, a las ayudas, los lectores, la relevancia y sus antipatías internas se le suma un incómodo interrogante. Teniendo en cuenta que uno de los pilares fundamentales para dichos medios es el ‘antisanchismo’, ¿qué será de ellos si Feijóo llega a Moncloa el próximo 23J? ¿Podrán adaptarse todos a una nueva etapa política?