'Smart cities, una visión para el ciudadano'
El libro Smart cities, una visión para el ciudadano explica de forma sencilla, mas allá de tecnicismos innecesarios, este momento tan emocionante que estamos viviendo. Para que los ciudadanos, los consumidores, podamos conocer los beneficios de esta revolución digital y social. De nada sirve ser feliz si no lo sabes.
En pleno siglo XXI, asistimos a un momento de disrupción social y económica en el que el papel de la tecnología adquiere un protagonismo cada vez más relevante. Atrás quedan las grandes innovaciones que lideraron el crecimiento en el siglo XX -como la electricidad, las autopistas, los aviones o los ordenadores- para dejar paso a un ciclo de innovación que transformará nuestras vidas en algo que no alcanzamos a imaginar: la inteligencia artificial, los robots, las máquinas que aprenden, la realidad aumentada, las impresoras 3D, la nube, el Big Data, la economía colaborativa, los objetos conectados, los teléfonos inteligentes, etc. El ya demasiado utilizado concepto «transformación digital» surge en cada conversación, tanto en el ámbito de la empresa como en el ámbito personal. Para poder dimensionar los cambios que estamos viviendo, es importante entender las macro tendencias que configuran ese nuevo entorno y, aún más importante, cómo se interrelacionan entre ellas, porque es importante entender el contexto global y las cuatro fuerzas que están definiendo este futuro. Porque lo que conocíamos como simple causa y efecto ha dejado de ser un axioma. Y es que pequeños cambios en una de ellas pueden suponer consecuencias exponenciales de gran dimensión en otra.
La globalización y la sostenibilidad del modelo económico: el cuestionamiento sobre la validez de los modelos de negocio tradicionales en este nuevo siglo está encima de la mesa. La economía circular como opción ganadora y responsable (la economía lineal de producir, usar y tirar está en cuestión) aparece en todas las agendas de las ciudades que tendrán un papel protagonista en su éxito. Helsinki, Ámsterdam, París, Londres -que creó en el año 2008 The London Waste and Recycling Board- o Peterborough -y su Smart City Program DNA- son ejemplos de ciudades circulares.
Los cambios demográficos y su impacto en la sostenibilidad de las economías: la concentración de la población en grandes ciudades -en 2050 un 70% de la población- es una corriente imparable y, si la unimos al fenómeno de la inmigración y los refugiados, aún más. En la actualidad, las ciudades concentran el 50%, aunque en ciertas partes de algunos continentes, como Latinoamérica, se llega al 80%. En España, más del 80% de la población es urbana.
Otro aspecto que afectará a la sostenibilidad económica es el envejecimiento de la población o el vacío existente a nivel de educación con respecto a las profesiones futuras. Se estima que sólo en Europa habrá 3 millones de puestos de trabajo sin cubrir y 20 millones en China para 2020. Profesiones como expertos en innovación urbana o analistas de ciberseguridad.
Estos cambios demográficos vienen acompañados de retos como la limitación de recursos energéticos, el uso de energías renovables, la limitación del agua, la responsabilidad social corporativa, la transparencia, los datos abiertos o los nuevos modelos económicos colaborativos como el crowdfunding, en el que las aportaciones de muchos permiten impulsar las ideas de otros
La confianza y el efecto de la globalización, demográfico y económico, es un territorio en el que juega un papel importante la creciente preocupación por la privacidad y la gestión adecuada de los datos de los ciudadanos. La progresiva demanda de seguridad en todo el globo hace que la privacidad pueda verse como algo negativo o positivo. Lo cierto es que los gobiernos deben regular los aspectos legales para poder asegurar los derechos de los ciudadanos y la información que se genera. Porque los datos son el petróleo del siglo XXI y fuente de desarrollo económico.
El libro Smart cities, una visión para el ciudadano explica de forma sencilla, mas allá de tecnicismos innecesarios, este momento tan emocionante que estamos viviendo. Para que los ciudadanos, los consumidores, podamos conocer los beneficios de esta revolución digital y social. De nada sirve ser feliz si no lo sabes.