Malvinas, a 50 años de la adopción de la Resolución 2065
La adopción de la Resolución 2065 fue una victoria diplomática que abrió las puertas a las conversaciones entre Argentina y Reino Unido sobre la Malvinas, hoy desgraciadamente truncadas. Describió la situación "especial" de colonialismo en las Islas y llamó al diálogo entre las dos partes. Pero lo más importante es que esta resolución es válida y no ha caducado, ni caducará mientras persista la situación en las Islas Malvinas.
Hace unos días, El Huffington Post publicó en su sección internacional un artículo de opinión sobre las Islas Malvinas. En el mismo, el autor hace un relato breve sobre la historia de las islas y culmina diciendo que el reclamo argentino "es constante como el viento". Si bien no pienso poner en tela de juicio algunos de los aspectos del artículo, me interesa reparar sobre esta última frase: "A claim now as constant as the wind". Y las Naciones Unidas mucho han tenido que ver con esto desde que, en 1965, reconocieron la existencia de una disputa de soberanía sobre las islas y llamaron a sus dos partes a encontrarle una solución pacífica a través de las negociaciones bilaterales.
Para Argentina y muchos otros países, las islas son parte integrante del territorio argentino. Decho, a partir de la Revolución de Mayo de 1810 las Malvinas fueron consideradas por los primeros Gobiernos del país como como parte integrante del territorio heredado de España. En 1820, por ejemplo, el coronel Jewett tomó posesión de su cargo en las Islas Malvinas en nombre de las Provincias Unidas del Río de la Plata en un acto público, frente a ciudadanos de distintas nacionalidades, tal como reflejó prensa de la época. En 1829, el Cobierno argentino creó la Comandancia Política y Militar de las Malvinas, con el Sr. Vernet al frente de la misma.
El 3 de enero de 1833, la corbeta Clío se presentó frente a Puerto Soledad, donde se encontraba anclado el buque argentino Sarandí. El capitán inglés exigió la retirada del destacamento argentino. Pinedo, el comandante del Sarandí, hace un recuento de sus fuerzas y se da cuenta que no puede continuar la resistencia, ante una fuerza que lo superaba por mucho. Y tiene que zarpar hacia Buenos Aires. Lo relevante del 3 de enero de 1833 es la expulsión de las autoridades argentinas. Los pocos que se quedaron nunca tendrían derecho a adquirir tierras o propiedades porque no serían considerados "colonos", condición exclusivamente reservada para los británicos.
"En todas las ocasiones que se le han presentado, la República Argentina ha reiterado su protesta frente al acto de fuerza y ocupación ilegal" dijo en un pasaje de su intervención el embajador José María Ruda, en septiembre de 1964 al Subcomité III del Comité Especial de las Naciones Unidas. Desde el 3 de enero de 1833, Argentina nunca ha dejado de reclamar.
La victoria del derecho
Desde el establecimiento de las Naciones Unidas en 1945, Argentina ha presentado el caso, especialmente tomando en cuenta el proceso de descolonización que prescribe la Carta.
En 1960, la Asamblea General de ONU aprobó la Resolución 1514 (XV) que proclamó "la necesidad de poner fin, rápida e incondicionalmente, al colonialismo en todas sus formas y manifestaciones", consagrando dos principios fundamentales que debían guiar el proceso de descolonización: el de libre determinación y el de integridad territorial.
En ejecución de esa resolución, el 16 de diciembre de 1965, Asamblea General aprobó la Resolución 2065 (XX), gracias a la cual se reconocía expresamente la existencia de una disputa de soberanía entre la Argentina y el Reino Unido, y que invitaba a ambos países a negociar para encontrar una solución pacífica a la controversia.
Hoy se cumplen 50 años de la adopción de la Resolución 2065 (XX), que contó con 94 votos afirmativos, 14 abstenciones y ningún voto negativo, y en este pequeño escrito quisiera hacer honor a la importancia que ha tenido esta resolución para Argentina, y para toda América Latina.
La adopción de la Resolución 2065 fue una victoria diplomática que abrió las puertas a las conversaciones entre ambos países, hoy desgraciadamente truncadas. Describió la situación "especial" de colonialismo en las Islas y llamó al diálogo entre las dos partes. Vale agregar un último dato, que parece haber sido olvidado por ciertos pseudojuristas en las redes sociales: la Resolución 2065 es válida y no ha caducado, ni caducará mientras persista la situación en las Islas Malvinas. Sus preceptos han sido renovados hasta nuestros días por la Asamblea General y su Comité Especial de Descolonización.
En el marco del cincuentenario y de un futuro prometedor para ambas partes llegó la hora de que dos naciones con tantos valores fundamentales compartidos, retomen esta cuestión pendiente en el marco de la diplomacia.