Cosas que pasan cuando sales del armario
El costo real de salir del armario (en un país donde no sea castigado con la cárcel o la muerte) casi nunca es tan significativo. En el peor de los casos, te sacas de encima a la gente que no te quiere como eres, sino que sólo te quiere bajo sus condiciones: que seas lo que ellos quieren.
Nuestras decisiones, incluso las más pequeñas, van trazando y pavimentando el camino por el que nos movemos y por el que llegamos adonde queremos ir.
A medio camino descubrimos que hay cosas que hablan más de nosotras mismas que lo que sale de nuestras bocas. Que la opinión que otros tienen de nosotras, el respeto, el amor, la estima, la amistad y la confianza que despertamos en otros tienen también mucho que ver con la forma en que nos tratamos a nosotras mismas.
Abril es el mes de la Visibilidad Lésbica, el recordatorio de que aún necesitamos un día (26 de abril), un mes, una vida, para afirmar nuestra diferencia, porque es el primer paso para afirmar nuestros derechos y para construir en igualdad.
Pero también es un recordatorio íntimo de cómo gestionamos lo que somos. Después de todo, para mí, salir del armario siempre ha sido un acto de lealtad de cada una consigo misma. Y la deslealtad duele.
La invisibilidad es una traición que nos hacemos y que disfrazamos de variadas excusas: mis padres son mayores, la gente me rechazará, no creo en las etiquetas, es mi vida privada... Y no, no es tu vida privada. Tu vida privada es lo que haces en la cama, no tu orientación sexual.
El costo real de salir del armario (en un país donde no sea castigado con la cárcel o la muerte) casi nunca es tan significativo. En el peor de los casos, te sacas de encima a la gente que no te quiere como eres, sino que sólo te quiere bajo sus condiciones: que seas lo que ellos quieren.
Cuando sales del armario, cambias las cosas para ti y para los demás. Educas. Enseñas diversidad y respeto. Abres ojos, mentes y corazones. Hay personas que lo valoran al momento, otras se toman su tiempo.
Te conviertes en un referente para aquellas y aquellos que sienten miedo, vergüenza y rechazo hacia su propia homosexualidad.
Pero el beneficio más grande lo recibes tú. Es una decisión que pavimenta y aligera tu camino, que te conduce hacia donde quieres y a vivir la vida que sueñas vivir. Es un acto de lealtad hacia ti misma, un acto de amor hacia quien eres. Influye en todas las otras áreas de tu existencia, puesto que rebaja miedos y entrena tu confianza y tu valentía, tu capacidad para sortear obstáculos y para creer en ti. Al final, de eso se trata el Orgullo. No es Orgullo de ser lesbiana. Es Orgullo de ser tú y defenderlo.