El azar de la mujer rubia

El azar de la mujer rubia

En la famosa foto en la que aparece el rey paseando con Suárez por el jardín de la casa del político en la colonia de la Florida está el germen de esta ficción. Suárez ignora su propio nombre, desconoce también quien es ese señor amigable que parece llevarle con la mano en el hombro hacia el interior de un bosque. En realidad ese paseo, tal vez, se estableció en diez minutos, pero en el bosque de la memoria perdida de Suárez duró 75 años de la última historia de España.

En la famosa foto en la que aparece el rey paseando con Suárez por el jardín de la casa del político en la colonia de la Florida está el germen de esta ficción. Suárez ignora su propio nombre, desconoce también quién es ese señor amigable que parece llevarle con la mano en el hombro hacia el interior de un bosque.

En realidad ese paseo, tal vez, se estableció en diez minutos, pero en el bosque de la memoria perdida de Suárez duró 75 años de la última historia de España. Literariamente la figura de Suárez contiene todas las características del héroe. Un día se puso al frente de una aventura política hacia la libertad, se enfrentó al peligro con arrojo, fue abandonado e incluso traicionado por sus seguidores y finalmente perdió la memoria.

En este caso la ficción se establece en un triangulo formado por un príncipe, por un político ambicioso y por una mujer rubia, que en esta historia opera como el ala de una mariposa que desencadena un acontecimiento decisivo de la Transición.

Los tres protagonistas vienen de un pasado azaroso. El bosque de la memoria láctea de Suárez se llena de espectros esperpénticos, de adulterios exquisitos, de pasiones políticas, de cánticos agoreros de la Sibila en medio de banquetes surrealistas. Se trata de una ficción sobrentendida para lectores agudos.

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