Bueno, pues ya casi estamos acabando esta dura operación, aunque luego haremos otras dos.
Cuando a Lucas le quitaron los hierros, la situación se complicó a las pocas semanas. Nos dimos cuenta de que tenía una fractura en el fémur izquierdo, y al ir a Málaga para que le operasen de nuevo la fisura, se dieron cuenta de que tenía otra en el fémur derecho. Era más pequeña que la primera, pero tuvieron que operarle los dos huesos igualmente. Le pusieron unos pins en los huesos, con lo cual, cada vez que se da un golpe un poco fuerte, le duele.
Pero todo lo malo tiene una parte buena, y ahora Lucas nada solo. Ahora puede caminar en muletas y ya no le ponemos el soporte de las piernas en la silla de ruedas. También puede ir con nosotros en la segunda fila del coche, y se aguanta solo de pie unos cuantos segundos (y esperemos que dentro de poco, sean minutos). Bueno, que todo va a mejor.
Esperemos que Lucas dentro de poco ya camine solo. Pero hasta entonces, a practicar. Y siempre hay que recordar que para tener un arcoiris hay que soportar la lluvia.
Hasta el próximo texto,
Mar.