Mediterráneo: una juventud, un mar

Mediterráneo: una juventud, un mar

Nosotros, jóvenes mediterráneos, sabemos que otro Mediterráneo ya existe: el de los foros ciudadanos, el de las start-ups fundadas entre el Magreb y Europa, el del nuevo cine. Y también el de grandes proyectos demasiado poco conocidos.

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Somos doce jóvenes de distintas nacionalidades: argelina, egipcia, española, francesa, griega, italiana, libanesa, marroquí, siria, tunecina, turca.

Algunos nos conocemos y otros no, pero todos hemos crecido alrededor del mismo mar: el Mediterráneo. La geografía y la historia en algunos momentos nos han dividido y en otros nos han unido, pues podemos evocar tantos episodios trágicos como proyectos comunes.

Desde hace varios años la desconfianza parece haberse propagado entre las dos orillas. La oleada de sublevaciones sin precedentes en el mundo árabe no ha convencido a muchos europeos, desorientados por la utilización política de las cuestiones migratorias y del fanatismo religioso. Por otra parte, muchos hombres y mujeres, en el Magreb, Egipto o en Oriente Próximo, ven la paz y la estabilidad como un sueño robado por sus primos ya muy lejanos.

Rehenes de la inestabilidad política, impotentes frente a los acuerdos impuestos por sus mandatarios, los pueblos del Mediterráneo viven a menudo en la amargura, incapaces de controlar su destino.

Es por ello que el siglo XXI ofrece razones de esperanza. En la actualidad el espacio mediterráneo cuenta con una población de 180 millones de habitantes, cifra que, según las previsiones de Naciones Unidas, alcanzará los 300 millones en 2050. Este peso demográfico sin duda alguna reforzará su papel de interfaz entre la UE, primera potencia económica del mundo, África y Asia. Lejos de los discursos catastrofistas, el Mediterráneo puede seguir siendo una de las regiones-eje del mundo.

Es hora de que las nuevas generaciones tomen la iniciativa. Nosotros, jóvenes mediterráneos, sabemos que otro Mediterráneo ya existe: el de los foros ciudadanos, el de las start-ups fundadas entre el Magreb y Europa, el del nuevo cine. Y también el de grandes proyectos demasiado poco conocidos.

¿Quién conoce hoy la acción de la Unión para el Mediterráneo (UpM)? Reúne a cuarenta y tres países y es el único organismo regional en que los representantes de Palestina e Israel, por ejemplo, se sientan en la misma mesa para hablar de proyectos sobre la sociedad civil. En 2012, la copresidencia europea y jordana de la UpM confirmó estos lazos. Actualmente, la UpM trabaja en aproximadamente cien proyectos regionales, como una fábrica de desalinización en Gaza, la autovía transmagrebí o la iniciativa para la formación de jóvenes Med4jobs.

Estos proyectos construyen el camino al futuro, pero no lo podrán hacer solos. Queremos contribuir a esta construcción como modestos portavoces de tres simples objetivos:

- Dar a conocer estas iniciativas al mayor número posible de personas. Como dice Khalil Gibran, "un poco de conocimiento que actúa vale infinitamente más que mucho conocimiento ocioso".

- Presionar a los Gobiernos para que incrementen los medios asignados a la UpM, para que se convierta en la institución de referencia regional, independiente de las contingencias políticas. De esto depende la relación entre Europa y sus vecinos más próximos.

- Lo más importante es pedir a los partidos políticos europeos y nacionales que consideren las relaciones con el espacio mediterráneo como un asunto clave en las próximas elecciones europeas. La cooperación institucional tiene ventajas, pero será siempre insuficiente para poner fin a la desconfianza recíproca entre los pueblos.

El mar Mediterráneo tendrá siempre dos orillas, pero cabe la posibilidad de que un día lo recorra una sola corriente. Después de las primaveras árabes podemos encontrar, como cantaba Moustaki, "un bello verano, que no teme el otoño, en el Mediterráneo".

Este manifiesto lo firman: Hind Al Aissi, Tarek Aldaoud, Charles Brian Biondi, Louis Boillot, Petros Konstantinidis, Claudia del Padro Sartorius, Youssef El Khouly, Nil Eyuboglu, Antoun Mroueh, Anasthasios Papadopoulos, Othmane Oumrani, Akram Zaoui.