El truco del 'tercer día' que usan los hoteles para ganar dinero con el 'todo incluido'
Un cambio de comportamiento de los huéspedes que los hoteles desconozcan. De hecho, lo tienen en cuenta al calcular sus ganancias.
Si hablamos de vacaciones y alojamientos, el buffet libre con opción 'todo incluido' ha sido durante mucho tiempo un reclamo para atraer a huéspedes con ganas de disfrutar una amplia variedad de alimentos y bebidas sin restricciones. Sin embargo, detrás de esta práctica aparentemente generosa, se encuentra un ingenioso truco que usan los cadenas de hotel para maximizar sus ganancias.
Expertos en marketing y conocedores del tema revelan que los hoteles no pierden dinero con la oferta de 'todo incluido', sino que han encontrado una estrategia para asegurarse de que sus ingresos se mantengan, según 20 Minutos. Este truco se conoce como el "tercer día".
El "tercer día" se refiere a un patrón de comportamiento observado en la mayoría de los huéspedes de hoteles con régimen de 'todo incluido'. Durante los primeros días de su estancia, los comensales se deleitan con una abundancia de opciones y tienden a consumir en exceso, aprovechando al máximo la variedad y cantidad de alimentos y bebidas disponibles.
Sin embargo, a partir del tercer día, los hábitos alimentarios de los huéspedes comienzan a cambiar. La emoción inicial se desvanece y la moderación se apodera de ellos. Muchos optan por elecciones más saludables y reducen su consumo, incluso cambiando bebidas alcohólicas por agua o refrescos sin gas.
Este cambio de comportamiento no es algo que los hoteles desconozcan. De hecho, lo tienen en cuenta al calcular sus ganancias. Según Rubén Ubric, director corporativo de los bares en la cadena hotelera AM Resorts, "influye mucho el cliente, pero es imposible que durante una semana estés poniéndote hasta las cejas de todo. En los primeros días, todos abusamos de la comida y la bebida, pero a partir del tercer día todo se modera. Cambiamos el whisky por el agua con gas... y nosotros calculamos la media".
Además, los hoteles utilizan una serie de técnicas estratégicas para optimizar sus beneficios. Según el chef Matthew Britt, profesor asistente en el Johnson & Wales College of Culinary Arts, la disposición de los alimentos en el buffet juega un papel crucial. Los productos más baratos y de menor costo se colocan en la primera fila, ya que la mayoría de los clientes tienden a seleccionar lo que está al alcance de su vista. Gran parte del consumo total proviene de estas primeras opciones.
Además, los hoteles utilizan platos más pequeños para crear la ilusión de que los huéspedes están sirviéndose porciones generosas, mientras que los utensilios de servir se adaptan estratégicamente. Cucharas más grandes para las patatas y pinzas más pequeñas para las carnes son solo algunos ejemplos. Incluso algunos establecimientos de alta gama ocultan los alimentos más costosos y lujosos, como las trufas, el foie gras y las ostras, para minimizar su consumo.
Aunque puede haber algunos huéspedes que coman en exceso durante toda su estancia, los beneficios obtenidos de aquellos que moderan su consumo o seleccionan opciones más económicas compensan fácilmente cualquier pérdida.