Pasarelas de vértigo y pueblos medievales: la ruta poco masificada que no te puedes perder en Galicia
Un recorrido con una estampa visual difícil de olvidar.
Cada verano son más los amantes del senderismo que aprovechan las buenas temperaturas para explorar nuevas rutas y conectar con la naturaleza. Con los días más largos y el clima más cálido es el momento ideal para adentrarse en montañas, bosques y parques naturales, disfrutando de paisajes espectaculares y la serenidad del entorno. Por ello, te traemos una ruta de Galicia que todavía está poco masificada y que alberga auténticos secretos naturales.
Se trata de la ruta del Cañón del río Mao, uno de los itinerarios más impresionantes de la Ribera Sacra, en la provincia de Ourense. Destaca por su asombroso paisaje natural, donde el río Mao, afluente del Sil, ha esculpido un profundo cañón a lo largo de milenios, ofreciendo ahora increíbles vistas que combinan la exuberancia de los bosques autóctonos con la majestuosidad de las formaciones rocosas.
Uno de sus tramos más populares consta de una pasarela de lamas de madera que en ocasiones discurre por encima de los árboles, permitiendo al visitante adentrarse en el corazón del cañón sin alterar su entorno natural. Aunque el río no se ve desde este puente, sí que se escucha debajo de nuestros pies, lo que indica que vamos por buen camino. Sin embargo, si queremos acceder a sus aguas tan solo tendremos que bajar por una escalera de madera que nos permite cumplir con nuestro cometido.
Dos rutas según su dificultad
La ruta del Cañón del río Mao se puede circunvalar con un camino circular de 16 kilómetros. Un recorrido que parte de la antigua Fábrica de Luz, cuyas instalaciones servían hace años para la producción de energía hidroeléctrica, siendo de las primeras centrales de este tipo en toda Galicia. Fue erigida en 1910 y ahora se ha convertido en un albergue para aquellos viajeros que buscan un lugar donde conectar con la naturaleza.
Siguiendo la ruta llegamos al pueblo de San Lourenzo de Barxacova, donde podremos ver la necrópolis de San Vítor, una de las más espectaculares de la región cuyo origen se remonta a la Edad Media, aunque para ello antes debemos ascender por una pendiente pronunciada. No obstante, cabe destacar que esta es la opción para los más aventureros, ya que existe una alternativa más relajada que parte de este pueblo y lleva directamente a la senda del Cañón Mao, la cual termina en asombrosas tierras de cultivo en pueblos como Forcas y A Miranda.
La ruta en su totalidad está muy bien señalizada, pero si la hacemos desde la Fábrica de Luz debemos tener en cuenta que se considera de intensidad media al tener un desnivel pronunciado. Sin embargo, si se opta por la ruta más corta en longitud será más accesible para todos los públicos, desde grandes hasta pequeños. Sea cual sea el camino elegido, las vistas al desfiladero son increíbles y prometen una estampa difícil de olvidar.