Nueva York tiene una calle dedicada al primer inmigrante de la ciudad: "Es una especie de precursor de la multiculturalidad"
Fue el primer habitante no indígena.

En pleno corazón de Manhattan, en un tramo de la icónica avenida Broadway, hay una calle llamada Juan Rodríguez, un nombre que para muchos neoyorquinos pasa desapercibido. Sin embargo, detrás de esas dos palabras se esconde una historia fascinante, la del primer inmigrante de la ciudad de Nueva York, un hombre que, mucho antes de que la ciudad estuviera repleta de diferentes culturas, ya simbolizaba la diversidad y el espíritu pionero que la definirían.
Rodríguez, fue un marinero de ascendencia africana nacido en Santo Domingo, llegó al río Hudson en 1613 a bordo de un barco mercante holandés. A diferencia de otros navegantes que exploraban la zona con planes de regresar a Europa, él tomó la decisión audaz de quedarse. Se convirtió así en el primer habitante no indígena de lo que siglos después se transformaría en una de las ciudades más influyentes del mundo.
Un inmigrante por elección
Los documentos más reveladores sobre Juan Rodríguez provienen de archivos históricos en Holanda. Según estos registros, era un hombre negro o mulato que llegó en la primavera de 1613 como parte de la tripulación del Jonge Tobias, una embarcación que exploraba oportunidades para el comercio de pieles. Pero cuando el capitán anunció el regreso a Europa, Rodríguez se negó a embarcar. Amenazó con arrojarse por la borda si intentaban llevárselo y, finalmente, se quedó en la región con armas y herramientas para sobrevivir hasta la llegada de la siguiente expedición.
Esta decisión no solo lo convirtió en el primer inmigrante de Nueva York, sino también en un hombre libre en una época en la que la esclavitud era una realidad extendida. Rodríguez, quien probablemente hablaba varios idiomas por su contacto con comerciantes extranjeros en Santo Domingo, estableció relaciones con la tribu Lenape, con quienes comenzó a comerciar.
Pero su presencia en la zona no pasó desapercibida. Cuando una nueva expedición holandesa llegó en 1614, se encontró con que Rodríguez ya trabajaba con otra tripulación. Esto desató un enfrentamiento entre las partes, y el marinero dominicano se vio envuelto en la disputa, resultó herido y fue rescatado por sus nuevos aliados. Su huella quedó plasmada en los registros que documentaron el conflicto pero a partir de ahí, su rastro se pierde en la historia.
Un gran pionero
Durante siglos, la historia de Juan Rodríguez permaneció oculta en archivos europeos, hasta que en 1959 el historiador Simon Hart lo mencionó en un libro sobre los primeros viajes holandeses al río Hudson. Desde entonces, académicos han comenzado a estudiarlo como una figura clave en la historia de Nueva York, de hecho historiadores como Anthony Stevens-Acevedo lo define como "una especie de precursor de la multiculturalidad de la ciudad".
Rodríguez ha sido descrito como el primer latino en la ciudad, el primer afroamericano en establecerse en la zona y, en muchos sentidos, el primer emprendedor de lo que con el tiempo se convertiría en una de las capitales económicas del mundo. Su historia resuena especialmente en la comunidad dominicana, que actualmente tiene una fuerte presencia en el Alto Manhattan, en barrios como Washington Heights, conocido como la "Pequeña República Dominicana".
En 2012, el entonces alcalde Michael Bloomberg aprobó el nombramiento de un tramo de Broadway en su honor, convirtiéndolo en el primer inmigrante en tener una calle con su nombre en Nueva York. Sin embargo, a pesar de este reconocimiento, muchos neoyorquinos aún desconocen quién fue.