La desconocida isla deshabitada de España con rincones de ensueño y sirenas legendarias

La desconocida isla deshabitada de España con rincones de ensueño y sirenas legendarias

Sólo pueden acceder en barco un total de 125 personas cada día.

Isla de SálvoraGetty Images

A lo largo de la geografía española hay multitud de rincones que albergan gran cantidad de historia y de encanto turístico. Uno de esos puntos es la isla de Sálvora, localizada en Rías Baixas, que hizo las veces de refugio para corsarios y piratas. Y, a día de hoy, es la única isla que se puede visitar en el archipiélago de Sálvora. 

Sólo tres kilómetros la separan de tierra firme y los primeros registros que han quedado para la posteridad de lo que ocurrió en el kilómetro de largo y los alrededor de 300 a lo ancho que ocupa datan de la Edad Media, cuando Alfonso II decidió donársela a la iglesia de Santiago.

Tanto vikingos como corsarios y piratas hicieron uso de la misma a lo largo de los años. Los primeros, durante la época conocida como Baja Edad Media; y los segundos, entre los siglos XVI y XVIII. Pero, desde 2001, forma parte del Parque Nacional de las Illas Atlánticas de Galicia. 

Para poder visitarla, hay que hacer un proceso parecido al que hay que seguir para poder ir a las islas Cíes, dado que la isla de Sálvora es un entorno protegido. Y sólo pueden acceder en barco un total de 125 personas cada día. 

Qué ver en Sálvora

A pesar de sus pequeñas dimensiones, hay varios puntos que pueden resultar de interés turístico a lo largo de la isla. Uno de ellos es la escultura de la Sirena de Sálvora, que fue mandada construir por uno de los descendientes de los primeros dueños del terreno, Joaquín Otero Goyanes

Y su construcción viene motivada por la leyenda que cuenta que el caballero romano Don Froliaz naufragó hasta llegar a Sálvora. Paseando por la orilla, encontró a una sirena, muda, de la que se enamoró. Y, fruto de su relación, nació Mariño, el apellido de la primera familia que adquirió la isla. 

La isla de SálvoraGetty Images

El mito dice que a Froilaz le preocupaba que la sirena no pudiera hablar. Por lo que este, siguiendo el consejo que le dio el abad de la isla, la asustó. Y, cuando el caballero fue a saltar con su hijo en la hoguera de San Juan, la sirena pensó que su hijo podía caer en las llamas y recuperó el habla.

Pero este monumento no es lo único que se puede ver a lo largo de la isla. Se puede recorrer alguna de las rutas que hay en el territorio y ver el Faro de Sálvora o la capilla de Santa Catalina

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Aitana Villegas es redactora de LIFE en El HuffPost. Se graduó en Periodismo en la Universidad Carlos III de Madrid y ha pasado por las redacciones de Público y Diario AS. Puedes contactar con ella escribiendo a: avillegas@huffpost.es