Esta es la calle más complicada de pronunciar de Madrid
Una vía de muchos apodos y gran riqueza histórica.
En el laberinto de calles que conforman la capital española, podemos encontrar nombres tan populares como Fuencarral o Gran Vía, fácilmente reconocibles y sin mayor complicación. Sin embargo, entre las vías menos transitadas y de nombres más singulares, destaca una pequeña calle del barrio de Chamberí que ha ganado fama de ser la más complicada de decir en Madrid, suponiendo todo un desafío tanto para locales como para visitantes.
Se trata de la calle Hartzenbusch, cuyo nombre es pronunciado de diferentes formas según a qué persona preguntemos. Casi nadie sabe escribirlo, pero la mayoría de los madrileños la conocen. Esta discreta vía ha ganado gran popularidad no solo por su encanto y riqueza histórica, sino por las peripecias de quienes intentan pronunciar su nombre correctamente como si de un trabalenguas se tratase.
La calle lleva el apellido de Juan Eugenio Hartzenbusch, un destacado dramaturgo español del siglo XIX, mundialmente conocido por su obra “Los amantes de Teruel”. Su curioso apellido, que tanta confusión siembra hoy entre residentes y visitantes, proviene de su padre, un ebanista alemán. Este origen germano explica la complejidad fonética que distingue su nombre, una combinación de sonidos poco habituales en el español que ha desafiado a tantas generaciones de madrileños.
Una calle con mucha historia
Más allá de por su singular topónimo, esta calle destaca por ser una de las más castizas y con más tradición de toda la región. Con sus aceras estrechas, fachadas históricas y pequeños comercios que han resistido el paso del tiempo, Hartzenbusch conserva el encanto de un Madrid antiguo que convive con la modernidad. Todos los vecinos coinciden en que es una calle muy tranquila e ideal para sumergirse en la esencia más genuina de la capital.
Entre los locales que adornan las aceras podemos encontrar negocios tan emblemáticos como El Cantero, una de las fábricas de churros y patatas fritas más antiguas de Madrid. Con más de 60 años de historia, por los mandos de los fogones han pasado ya tres generaciones, aunque todas ellas manteniendo intacto el secreto de su receta. También destaca el restaurante Maivy, el cual lleva más de 40 años abierto y tiene fama de hacer una de las mejores tortillas españolas.
Uno de los negocios más reconocidos de los alrededores de esta calle es la Papelería Salazar, con una trayectoria de más de 100 años, pero lamentablemente cerró el pasado 2020. Tras un siglo manteniendo la esencia y la vitalidad de la calle, las biznietas de la fundadora decidieron poner fin a una saga familiar de cuatro generaciones tras su jubilación. A pesar de su cierre, este local es todo un símbolo de identidad y nostalgia entre los vecinos.
Más allá de las dificultades para pronunciar el nombre, la calle Hartzenbusch es un rincón lleno de encanto, con pequeñas identidades y cafeterías que invitan a un paseo tranquilo. Su topónimo, lejos de ser un problema, se ha convertido en un emblema de identidad para quienes la transitan. Además, su carácter acogedor y su ubicación en el corazón de Chamberí la han transformado en un espacio donde conviven la tradición y la vida cotidiana.