El pueblo con el nombre más frutero de Galicia esconde una de las cascadas más altas al final de su sendero
Una pequeña localidad repleta de joyas naturales.
En España existen numerosos municipios con nombres curiosos y cuanto menos originales que sacan una sonrisa a cualquiera que los escuche. Desde Villaconejos hasta Guarromán, lo cierto es que este tipo de nombres no es algo raro en la geografía ibérica. Ya hablamos hace días de La Pera, esa localidad catalana de nombre peculiar, pero hoy te traemos otro pueblo español que también tiene nombre de fruta.
Se trata de Melón, una pequeña localidad situada en el corazón de la provincia de Ourense, en Galicia. Pertenece a la comarca del Rebeiro y, más allá de su nombre curioso, ofrece a los visitantes una experiencia única en plena naturaleza. Sobre todo en verano destaca por sus numerosas pozas de agua cristalina, donde refrescarse en los días más calurosos. En la zona podemos encontrar las Pozas de Mougás y Loureza, las Caldeiras do Castro y la Poza da Moura.
Además, este pueblo ha ganado popularidad entre los amantes del senderismo y la naturaleza gracias a un tesoro oculto: su impresionante cascada, una de las más altas de Galicia. Estamos hablando de la fervenza de Tourón (cascada en gallego), con una altura de unos 120 metros y un mirador al que puedes acceder por unas escaleras y una pasarela. Aunque es una zona bastante castigada por los incendios, el paisaje sigue siendo espectacular y digno de admirar.
Un pueblo que no deja indiferente a nadie
Eso sí, esta catarata está en las afueras de la localidad gallega, por lo que para llegar a ella y otras que la acompañan hay que completar una ruta senderista de 5 kilómetros de distancia y una hora y diez minutos de duración. Un camino de dificultad fácil apto para todas las edades que parte del área recreativo de Freixa, situada cerca del edificio de la Central Hidroeléctrica de Pardellas.
El recorrido se adentra en un frondoso bosque acompañado del río Cerves, cuyas aguas nacen en la sierra de Faro y guían el camino. Tras unos kilómetros andados llegaremos a la fervenza de Tourón, un espectáculo de agua y espuma que deja sin aliento a quienes llegan hasta allí. Esta cascada es el destino perfecto para los que buscan alejarse de las rutas turísticas más transitadas y conectar con la naturaleza en su estado más puro.
Finalmente, cabe destacar que este municipio no solo ofrece bosques y pozas, sino también una rica historia y cultura. En su interior alberga casas antiguas dispuestas en estrechas calles, viejos hórreos donde se guardaba la comida en épocas pasadas y un puente que se alza sobre un riachuelo. Además, el Monasterio de Santa María se consolida como uno de los edificios más emblemáticos de la ciudad, con un origen que se remonta al siglo XII. Aunque su iglesia románica actualmente está cerrada se puede admirar desde fuera.
Por todo ello, Melón es mucho más que un nombre curioso. Este pueblo gallego es un destino que combina a la perfección naturaleza, historia y tranquilidad, con su cascada como la joya que corona una experiencia inolvidable. Una parada obligatoria para todos aquellos que busquen huir de las zonas más masificadas este verano y prefieran un lugar donde reine la serenidad.