El pueblo fantasma de Cáceres que fue abandonado por error: se puede visitar
Es de los pocos pueblos que a día de hoy presume de mantener prácticamente intactas las murallas que se erigieron antaño.
Uno de los fuertes de la oferta turística de España es lo diversa y numerosa que es. Cada región cuenta con multitud de rincones recónditos en los que disfrutar de su gastronomía, su agricultura, sus paradores, alrededores naturales, o cualquiera de los encantos que pueda ofrecer.
En España, además, hay diversidad de pueblos abandonados. Pero hay uno que lo fue por error. Y, de hecho, a día de hoy ya nadie vive en él. Se encuentra al norte de la provincia de Cáceres. Antes, recibía el nombre del viejo señorío de Granada. Ahora, es conocido como Granadilla.
Y gozaba de una mayor vida hasta la década de los 50 del pasado siglo. Fue en ese momento cuando las autoridades quisieron construir el Embalse de Gabriel y Galán. Pensaron que el pueblo formaba parte de la llanura que quedaría inundada si se llevaba a cabo la obra.
Así que comenzaron a desalojar a los residentes de manera gradual, un proceso que duró hasta 1964. Entonces, el pueblo quedó abandonado. Y, por tanto, a día de hoy nadie habita en él. De hecho, todo lo que queda del municipio ahora son los restos medievales y arquitectónicos, ya vacíos.
Sin embargo, tras la construcción del embalse y después de que el nivel del agua comenzara a subir, no afectó al pueblo. Todos los accesos al mismo, salvo uno, quedaron bajo agua. Pero ninguno de los que habían residido en Granadilla pudieron volver.
El pueblo en cuestión es uno de los pocos que aún a día de hoy presume de mantener prácticamente intactas las murallas que se erigieron antaño. Ahora, los turistas que decidan acercarse al municipio pueden no solo pasearse por sus calles, también contemplar las vistas desde el castillo.