El pueblecito abandonado de Guadalajara que están reconstruyendo a mano desde hace cuatro décadas
El ejemplo perfecto de que ningún caso está perdido.
En España hay cerca de 3.000 pueblos que están completamente abandonados, víctimas del éxodo rural que marcó gran parte del siglo XX. Estos lugares, testigos silenciosos de otra época, son ahora ejemplos de los estragos del paso del tiempo y la falta de recursos. No obstante, a algunos de estos municipios abandonados se les ha dado una segunda oportunidad y ahora representan un halo de esperanza y recuperación.
Este es el caso de La Vereda, un pequeño pueblo enclavado en la sierra de Ayllón, en Guadalajara, en el que hoy en día solo residen tres personas. Esta localidad quedó totalmente deshabitada a partir de los años 50, cuando la falta de servicios y las duras condiciones de vida provocaron que los pocos vecinos que vivían aquí decidieran marcharse en busca de un futuro más prometedor.
Por si fuera poco, en 1972 el Instituto para la Conservación de la Naturaleza (ICONA) procedió a la expropiación forzosa del territorio para derribarlo y convertirlo en una zona forestal. Ante este aviso, toda la gente que quedaban en la zona y alrededores tuvieron que emigrar de forma obligada. Esta decisión fue la que motivó la aparición de un grupo de jóvenes voluntarios preocupados por el progresivo abandono de varios núcleos rurales del país.
Un cambio esperanzador
Tras el éxodo rural que tantos estragos ha causado en toda la geografía española, este enclave de Castilla La-Mancha ha experimentado una notable transformación en las últimas cuatro décadas. Un cambio posible gracias a que en 1977 nació la Asociación Cultural La Vereda, quienes obtuvieron la concesión del pueblo para proceder a la reconstrucción de sus edificios manteniendo su singularidad y entorno natural.
Dicho contrato contaba con una vigencia de diez años, pero se ha ido renovando con el paso del tiempo. Para llevar a cabo esta revitalización se han utilizado técnicas tradicionales y materiales de construcción existentes como pizarra, adobe y madera. Este esfuerzo ha permitido la recuperación de viviendas, hornos, cochiqueras, calles y muros, preservando la esencia arquitectónica y cultura del lugar.
Además de la rehabilitación de edificaciones y demás construcciones, la asociación también hace trabajo de recuperación de las tradiciones del pueblo. Para ello elaboran diversos talleres de cerámica, carpintería y cocina, entre otros, volviendo a posicionar La Vereda como lugar de interés. A su vez, cada año se celebran las fiestas de la localidad en el fin de semana próximo al 29 de junio con concursos, pasacalles y cenas comunitaria.
La Asociación Cultural de La Vereda está compuesta por vecinos de pueblos cercanos como Campillo de Ranas, Guadalajara, Alcalá de Henares, Madrid, Azuqueca o Galápagos, entre otros. Para poder pertenecer a ella los socios deben cumplir algunos requisitos como “el compromiso con nuestros objetivos y demostrar la capacidad de trabajo para rehabilitar y mantener un edificio bajo tu responsabilidad”, según detallan en su página web.