El misterioso caso del pueblo de 285 habitantes en Guadalajara repleto de apellidos vascos
El motivo hay que buscarlo en el siglo XVI.
Al menos ocho apellidos vascos se pueden encontrar en la localidad de Checa, en Guadalajara. Allí hay familias que se apellidan Latasa, Oñate, Chavarría, Berasaluce, Rustarazo, Herranza, Araúz y, sobre todo, Arrazola.
Como cuenta La Tribuna de Guadalajara, el origen de esta curiosidad hay que buscarlo en el siglo XVI.
Al parecer, según un documento de 1522, un vecino de Oñate, Sancho de Arrazola, y su mujer, Magdalena de Basarte, se mudaron a esta localidad de la comarca del Señorío de Molina de Aragón para trabajar en una ferrería.
En aquella época, Checa era un municipio boyante e industrial, por lo que fue un destino atractivo para muchos vascos. Según el citado diario, "Checa tenía hornos en sus montes, y como estaban obsoletos y los mejores técnicos y más experimentados estaban en tierras vascas", esa pudo ser el motivo por el que atrajera a muchas familias "en busca de una vida mejor".
La Tribuna asegura que "todavía hay descendientes en Checa de esos primeros vascos".