El búnker nuclear que se mantuvo en secreto durante más de tres décadas

El búnker nuclear que se mantuvo en secreto durante más de tres décadas

Se construyó en plena Guerra Fría con la intención de que sirviese como refugio nuclear.

Entrada del búnker debajo del Hotel GreenbrierHOTEL GREENBRIER

En White Sulphur Springs, una pequeña ciudad de apenas 3.000 habitantes situada en Virginia Occidental, se encuentra un hotel de lujo que cuenta con casi 250 años de antigüedad, llamado The Greenbier, el cual, como curiosidad, ha recibido a veintiocho presidentes de los Estados Unidos. 

Lo que poca gente conoce, o más bien conocía, es que debajo del hotel, a unos 220 metros profundidad, se encontraba un búnker secreto que servía de escondite del Congreso de Estados Unidos durante la Guerra Fría en caso de que ocurriese una catástrofe nuclear. Su existencia se mantuvo en secreto durante más de tres décadas hasta que alguien lo filtró a la prensa en los años 90, momento en el cual dejó de ser desconocido. 

Su construcción se inició en 1958 y finalizó en 1962, año de la Crisis de los Misiles Cubanos. Cabe destacar que el hotel fue escogido por los militares durante la Segunda Guerra Mundial y actúo como un hospital militar, momentos antes de ser devuelto a su dueño original, el Ferrocarril de Chesapeake y Ohio en 1946. Más tarde, en 1958, momento en el cual el hotel llevaba a cabo un proyecto de expansión, se aprovechó para terminar de construir el búnker. 

Los vecinos sospechaban algo

Los ciudadanos que vivían próximos al hotel desconfiaban de por qué los soldados protegían la construcción y por qué a veces llegaban determinados muebles, como ciento diez urinarios o más de mil literas.

En total, el bunker tenia capacidad para albergar más de mil personas, y contaba con una reserva de alimentos para seis meses. Además, tenía su propio hospital, un dormitorio y estudio para todos los miembros del Congreso y un comedor con capacidad para 400 personas. Asimismo, contaba con un estudio de radio y otro de televisión mediante el cual las figuras políticas podrían realizar discursos en caso de que fuese necesario.

También se construyeron dos cámaras del consejo, una con 470 escaños y otra con 130 escaños, todo ello rodeado de un muro de hormigón de 60 centímetros y con puertas de acero armado de 25 toneladas. 

Para los lugareños se trataba de un secreto a voces, sin embargo, debido al contexto histórico- se encontraban en plena Guerra Fría- lo normal era solo hablarlo entre ellos para evitar la intromisión externa. Del mismo modo, se trataba de un lugar que daba empleo a gran parte de sus habitantes, por lo que la mayoría optaba por guardar silencio. De hecho, los 15 empleados permanentes con los que contaba el bunker una vez finalizó su construcción, se ocultaron como trabajadores de mantenimiento de los televisores del hotel. 

El día que el secreto salió a la luz

Finalmente, tras mas de tres décadas en silencio, en mayo de 1992 un artículo del Washington Post sacó a la luz el secreto del hotel Greenbrier. La fuente nunca se llegó a conocer, aunque se cree que era alguien próximo a altos cargos del gobierno que estaba en contra de que se empleasen fondos públicos aún en ello. 

Espacio Eco
Un proyecto de Espacio Eco

Tras exponer lo que se hallaba debajo del hotel, parte del búnker fue alquilado a granjas de servidores mientras la otra parte puede ser visitada a través de visitas guiadas.