Diez pueblos fantasmagóricos y con terroríficas leyendas
Algunas de las regiones cuentan con ese halo de misterio que los han convertido en destino turístico de aquellos que se cautivan por las historias fantasmagóricas.
España está plagado de pueblos. Algunos de ellos, con muchos años de historia, por lo que no es de extrañar que haya varios que escondan entre sus calles, alrededores y hogares leyendas e historias que puedan atraer a los más curiosos.
Estas son, según El Español, algunas de las regiones que cuentan con ese halo de misterio que los han convertido en destino turístico de aquellos que se cautivan por las historias fantasmagóricas.
Ochate (Burgos)
A unos 20 kilómetros de Vitoria-Gasteiz, se encuentra Ochate. Es de esos pueblos sobre los que se especula con psicofonías, nieblas misteriosas o muertes sin resolver. A pesar de que en él nada más que continúan en pie los cimientos de algunos edificios, varias tumbas y la torre de la antigua de la iglesia, atrae a turistas interesados pro los fenómenos paranormales.
Belchite (Zaragoza)
Hay un pueblo nuevo de Belchite, pero el que llama la atención de los turistas es la parte más antigua, dado que puede encontrarse en él un pueblo fantasma, así como el rastro de uno de los episodios más sangrientos de la Guerra Civil.
Orante (Huesca)
A unos 500 metros de este pueblo se encuentra la Ermita de San Benito, que es el verdadero atractivo para los turistas que acuden maravillados por el misterios. Situada sobre una colina, aquellos que han llegado a entrar en ella, aseguran que han visto o sentido algo diferente. Especialmente, colocándose frente al altar. De hecho, hasta el programa de Cuarto Milenio le ha llegado a dedicar un espacio para comprobar si, efectivamente, en ella se percibían sensaciones y magnetismos paranormales.
Isla de la Pedrosa (Cantabria)
Este islote, unido a la península por un puente, llegó a albergar un lazareto. Este hospital, al que acudían personas con enfermedades como la lepra, con el tiempo terminaron por ampliarlo. Tras muchos años de abandono, reformaron uno de esos edificios para dedicarlo a prestar atención a personas drogodependientes. El resto, sin embargo, continúan en ese estado de abandono.
Hasta allí se han acercado algunos curiosos que aseguran haber vivido experiencias paranormales.
Bélmez de la Moraleda (Jaén)
Cuando en 1971 una de sus vecinas aseguró tener una cara misteriosa en en el piso de su cocina, su familia comenzó a picar el suelo de la misma. Y, aunque el primer rostro desapareció, según cuenta El Español, apareció otra.
A partir de entonces, esa vivienda es uno de los puntos turísticos del pueblo para aquellos que disfrutan ese tipo de turismo.
La Mussara (Tarragona)
Antaño fue una aldea señorial; ahora, es un lugar totalmente despoblado. Sin embargo, cuando las nubes bajan y la niebla inunda la región hay quien dice que puede escucharse el repicar de las campanas. Otros, además, aseguran haber escuchado psicofonías.
Pedraza (Segovia)
El castillo de Pedraza acoge la leyenda de Elvira y Roberto. Estos dos jóvenes enamorados vieron truncado su romance por el señor del castillo, que decidió asesinarlos en un ataque de celos. Hay quien cuenta que sus fantasmas continúan en los pasillos del castillos.
Muedra (Soria)
Al norte de Soria, en las aguas del embalse de la Cuerda del Pozo está Muedra. Este poblado únicamente emerge cuando llega la sequía; el resto del tiempo, se pueden distinguir algunos de los elementos arquitectónicos del mismo, como el campanario de la iglesias.
Al igual que ocurre con otros pueblos de esta lista, se encuentra abandonado y muchos aseguran que las campanas continúan sonando a día de hoy.
Zugarramurdi (Navarra)
Este pueblo ya era famoso antes del estreno de la película de Álex de la Iglesia (Las brujas de Zugarramurdi, 2013). Y, desde que hace siglos se comenzó a castigar a las habitantes -porque en su mayoría eran mujeres- de esta región bajo la acusación de que ejercían brujería, convive con esta leyenda.
Jafra (Barcelona)
Otro pueblo abandonado, esta vez, en Barcelona. Desde que antaño una familia adinerada procedente de Austria, cuyos hijos sufrían severos problemas de salud, se mudaron a él, comenzaron las leyendas. Los forasteros se veían obligados a pasar mucho tiempo en casa y la cuarta hija del matrimonio falleció de manera prematura. Desde ese momento, comenzaron a sucederse los fenómenos extraños.