Belleza mortal: este es el jardín más peligroso del mundo
Algunas de las plantas venenosas de este lugar podrían encontrarse también en tu jardín, pero solo son peligrosas en grandes cantidades.
Un toque de belladona puede resultar mortal. El estramonio, al ser ingerido, tiene consecuencias letales. El acónito, adornado con una hermosa flor de color morado, alberga uno de los venenos más potentes conocidos. En Asia, se emplea su raíz en la preparación de sopas y comidas, pero los casos graves de envenenamiento, e incluso de muerte, son frecuentes.
Estas son solo tres de las aproximadamente 100 plantas venenosas y mortales que se pueden encontrar en The Poison Garden (el Jardín del Veneno) de The Alnwick Garden. Este asombroso lugar se encuentra en la localidad de Northumberland, en el Reino Unido, y se permite su visita siguiendo rigurosas normativas.
Se trata del único jardín en el mundo donde los jardineros cuidan las plantas utilizando trajes de protección y mascarillas, como se muestra en este video:
The Poison Garden no es un jardín de acceso público, por razones obvias. Solo se permite la entrada con un guía especializado, y los visitantes deben seguir estrictas normas que prohíben oler, tocar o ingerir cualquier planta.
A pesar de estas precauciones, se han registrado casos de desmayos debido a los venenosos vapores que emiten algunas de estas flores.
Dado el carácter venenoso de estas plantas, su cultivo está altamente regulado. Los arbustos se encuentran separados cuidadosamente unos de otros, y se toman medidas para evitar que las semillas se dispersen fuera del jardín y se reproduzcan en el entorno natural.
Trevor Jones, el jardinero jefe, revela dos curiosidades sorprendentes a los visitantes del Jardín del Veneno. En primer lugar, que las plantas venenosas suelen ser sumamente atractivas en su aspecto, lo cual representa un peligro, ya que personas y animales pueden sentirse atraídos por ellas, y algunas incluso son venenosas al tacto, causando quemaduras y enrojecimiento en la piel. Otras son mortales si se ingieren.
Otra característica poco conocida es que muchas de estas plantas se encuentran en nuestros propios jardines sin que lo sepamos. Sin embargo, solo representan un peligro mortal si se consumen en cantidades significativas. La moraleja es sencilla: no debemos ingerir las plantas de nuestro jardín.