Sylvia Béjar: "Como nos han dicho que la menopausia es un problema, un horror, un espanto... se convierte en profecía autocumplida"

Sylvia Béjar: "Como nos han dicho que la menopausia es un problema, un horror, un espanto... se convierte en profecía autocumplida"

La autora de Tu sexo es tuyo, el libro sobre sexo más vendido en España, entra de lleno en la menopausia y en la edad mediana en Tu cambio es tuyo.

La periodista y escritora Sylvia Béjar.

"Fui la primera que explicó en este país que el clítoris no era un mísero guisante", dice Sylvia Béjar, autora de Tu sexo es tuyo, el libro sobre sexo más vendido en España que ahora nadie puede comprar porque la propia autora decidió retirarlo de las librerías. "Y no es porque no se necesite sino que los tiempos han cambiado y se tendrían que escribir de otra manera", explica. 

Más de veinte años han pasado desde que escribió ese libro y, según Béjar, las cosas están incluso peor: "Las chicas se enfrentan con chicos educados en el porno. Muy mal educados. Las crías de 14-15 años se encuentran a tíos que les están pidiendo de todo, de todo. Y las niñas, como siguen enamoradas del amor, porque esto yo veo que no cambia, piensan ‘si no lo hago, me dejará’. Y eso necesita otro tipo de libro. Por eso yo me retiro", explica la periodista, coach sexual y Premio Nacional a la Promoción de la Salud Sexual en el Ámbito de los Medios de Comunicación por la Academia Española de Sexología y Medicina Sexual.

Tras ese silencio y un largo parón editorial, Béjar ha decidido volver a las estanterías de las librerías con Tu cambio es tuyo, un libro en el que dice tener "mucha fe porque no hay nada escrito de este estilo" y que dirige a las chicas de su edad, a las que transitan entre los 45 y los 50, etapa en la que toca "mudar de piel".

El sentir generalizado cuando llega ese momento en la vida de una mujer, tú misma lo dices en el libro, es que esta etapa "parece el principio del fin”. ¿Cómo podemos desterrar esa idea?

¡Pero vivimos en uno de los países más longevos del mundo! Lo nuestro es increíble... Es más que un tercio lo que nos queda: si vivimos de media 85 años, y la perimenopausia llega a los 45, es casi la mitad. Y pensamos que ya no hay nada que hacer, menuda estupidez. Si tú te cuidas, esa etapa se puedes vivir muy bien; lo importante es cuidarse.

En el libro, abordas esta estapa desde los dos aspectos que se ven afectados:  el aspecto físico y el aspecto psicológico-emocional. En el físico, aclaras, la lista de síntomas posibles es casi infinita, pero tú recuerdas que ni todos aparecen ni todos los que aparecen tienen una intensidad limitante.

Claro. La mayoría de las mujeres tiene algún síntoma, pero una de cada cinco no se entera. Después hay un grupito que lo pasa mal, otra una de cada cinco, pero todo lo que le pasa tiene más o menos solución, sobre todo si nos preocupamos por buscarla. Porque esa es otra, nos quejamos, nos quejamos y luego hacemos poco por cuidarnos a nosotras mismas. Nos dejamos aconsejar por amigas que han probado esto o aquello, pero eso es un error, hay que buscar el asesoramiento de alguien que entienda. Y luego hay tres que tienen algún síntoma, pero como nos han dicho a todas que la menopausia es un problema, un horror, un espanto... se convierte en la profecía autocumplida: te lo crees y vas cabizbaja, y cuando alguien afronta una situación pensando que va a ir mal, suele ir mal.

Tener formación en menopausia es tan básico como tener formación de lo que supone tener la regla. Pero es lo de siempre, la medicina siempre se ha pensado de forma masculina

Has dicho que no nos preocupamos por buscar las soluciones. No sé si escuchaste a la actriz Halle Berry, contar que había ido ginecólogo porque le dolía mucho, textualmente decía que ‘parecía que tenía cuchillas en la vagina’, y el médico le diagnosticó un herpes cuando se trataba de sequedad vaginal de la menopausia. Entonces, es que tampoco hay tanto conocimiento ni tanta educación respecto al tema...

No, espera, tengo que matizar eso. No es que no nos preocupemos, es que quizá estamos muy a la expectativa de lo que hacen los demás y lo que tienes que intentar es rodearte de gente que sepa, no de webs que te venden productos o de lo que hace tu amiga. Y yo me pongo como ejemplo porque yo tenía un cáncer de mama hormonal, y hay quien te recomienda algo como si fuera lo mejor y a mí no me conviene.

Dicho esto, el problema es que los médicos no estudian este tema en la carrera y hay muy pocos que sepan de verdad. En España, tenemos la AEEM, la Asociación Española para el Estudio de la Menopausia, que forma a médicos interesados porque en la Facultad de Medicina no se forman. Lo que le pasa a Halle Berry, aquí también puede pasar y no podemos tirar la toalla. Ahora bien, hay muchas farmacias donde hay mujeres que han estudiado menopausia, se han formado sobre el tema, y pueden ayudar.

En España las farmacias no se pueden hacer publicidad, por eso una de las cosas que pido en el libro es que se cree un directorio donde aparezcan esas expertas en menopausia, igual que hay expertos en diabetes o hay expertos en tabaquismo. Yo lo que aconsejo en el libro es que se busque una farmacia donde haya alguien que haya estudiado sobre la menopausia y te ayude con cosas muy comunes como los sofocos o el insomnio.

Evidentemente debería haber una mayor formación sobre la menopausia porque es básico, toda mujer que viva la va a pasar. Es que es tan básico como tener formación de lo qué supone tener la regla, joder. Pero esto es lo de siempre, la medicina siempre se ha pensado de forma masculina y conseguir que se atienda a la mujer es un proceso lento. Pero eso no quita que lo pidamos, que estemos sobre el tema.

¿Sabes quién tiene una anécdota mejor que Halle Berry? Oprah Winfrey. A ella le daban pastillas para el corazón porque le daban palpitaciones cuando tenía sofocos y durante un tiempo recibió tratamiento para 'su problema' de corazón. Ella se pasaba la noche escribiendo en su diario ‘me voy a morir, me voy a morir, me voy a morir’ hasta que hubo un médico que le dijo ‘no es el corazón, es menopausia".

Y luego en España, como en muchos países, hay mucha hormonofobia y hay mujeres que podrían beneficiarse de esos tratamientos. A ver, no todas las mujeres necesitan un tratamiento hormonal, ni mucho menos, pero hay un 20% de mujeres que lo pasan muy mal por los sofocos, que les dejan fuera de combate totalmente. Porque hay sofocos y sofocos, y hay mujeres que los tienen muy intensos y muy a menudo. Esas mujeres a las que no les funcionan las cosas más naturales o los pequeños trucos para paliarlos, necesitan tratamiento hormonal y muy pocas lo reciben. Y los datos están ahí: de cada 100 mujeres que pueden recibir tratamiento hormonal porque tienen sintomatología grave, solo cinco lo reciben. Además, las mujeres tienen muchísimo miedo a tomarlos porque no tienen buena fama. Aquellos estudios alarmistas no estaban bien hechos y aunque luego hay estudios posteriores que corrigen lo anterior, ha quedado impregnada la idea de que es malo.

Todo el mundo hace hincapié en la hormona, la hormona, la hormona... y a esa edad puede ser que lo que te esté afectando sea la (puta) vida

Ahora hay voces que advierten de que esto de la menopausia también se ha convertido en un negocio.

Bueno, es que deben haber visto un filón, como todo el mundo tiene que ser joven y lo que vende es eso... La menopausia no deja de ser un proceso temporal, o sea, no es eterno, y es algo muy natural, y unas lo pasamos mejor y otras no tan bien.

Yo de lo que me quejo es de que todo es menopausia, menopausia, menopausia... Perdóname, esto es la crisis de la mediana edad porque cuando llega la menopausia, tú tienes otras cosas en mente también que te afectan. Todo el mundo hace hincapié en la hormona, la hormona, la hormona... y a esa edad puede ser que lo que te esté afectando sea la (puta) vida. A esa edad hacemos balance, una revisión de la trayectoria vital y nos damos cuenta de cuánto nos hemos ninguneado, hemos luchado por cumplir sueños ajenos —los de nuestra pareja, los de nuestros hijos— y nos hemos dedicado al cuidado, de los hijos primero y de los padres después. A esta generación se nos inculcó esto, ya veremos las siguientes qué pasa, pero las chicas que ahora tienen de 45 para arriba todavía están educadas en eso. Entonces hay un día que te levantas y dices, '¿esto es lo que yo quería?'. Y te cuestionas, tus valores, tus relaciones, la vida que llevas... Y eso es mucho más importante que el sofoco porque, claro, si tú estás mal, el sofoco es peor porque estás mal.

Pero sólo te hablan de la menopausia, joder, ¿y los problemas económicos?, ¿y mi vida amorosa?, ¿y quién cuida a mis padres? Mi idea con el libro es ayudar a la mujer a decir, ‘vamos a revisar todo a ver qué puedo cambiar’. Y muchas veces es que no sabemos suprimir cosas que no necesitamos hacer, no sabemos delegar, no sabemos poner perspectiva y luego, pues, aparece el sentimiento de culpa.

Yo creo que la receta es, primero, serte amable y serte amable significa tratarte como tratarías a una amiga. Cuando empezamos a aplicar eso cotidianamente, nuestra vida cambia porque es más dulce convivir con alguien que te trata bien. Por eso he dedicado un capítulo a vigilar cómo te hablas, porque eso es fundamental. Si tú estás mal, si tienes un problema, si te preocupan tus padres y para colmo te hablas reprochándote o culpándote es que es peor todavía. Lo que debemos evitar es añadir más presión sobre lo que ya tenemos. Y luego, creo que tenemos que aprender a ser amables con nosotras mismas y eso pasa también por superar la culpa. Y con las emociones es lo mismo. Cuando tienes rabia, cuando estas triste, cuando tienes envidia... Que la envidia hoy en día tiene muy mala fama, sin embargo, yo considero que es buenísima porque te señala aquello que quieres, te está diciendo claramente eso es lo que tú quieres. Casi todas las emociones te sirven de guía para saber qué es lo que quieres.

La edad quita algunas prestaciones sexuales. Cuando los estrógenos caen, donde más se nota esa carencia es en los genitales y tu cuerpo entonces necesita un tiempo para readaptarse y ordenarse

En este momento de la vida, ¿el sexo es más de cada mujer que nunca? ¿Cómo se vive el sexo a esa mediana edad?

Evidentemente, la edad quita algunas prestaciones. Cuando los estrógenos caen, donde más se nota esa carencia es en los genitales y tu cuerpo entonces necesita un tiempo para readaptarse y ordenarse. En ese tiempo es muy posible que cuando te tocan o te tocas sientas menos y puede ser que tus orgasmos sean menos intensos. Y puede ser que no tengas libido porque tienes sequedad y te duele. Todo eso es posible pero todo eso es solucionable. Si nunca te ha interesado el sexo, pues mira no pasa nada. Pero si te interesa, hay de todo por hacer. Normalmente, cuando hablamos de problemas sexuales, hay una parte mental y otra física. Quizá te sientes menos atractiva y eso es una cuestión más psicológica. En la parte física tienes mucho por hacer. Por ejemplo, la sequedad vaginal se arregla y hay ejercicios en el libro que te ayudan. Y luego hay una actitud que es que, aunque sientas menos, tienes que cuidar de eso y, si antes te tocabas diez minutos, a lo mejor ahora necesitas treinta y hay aceptar que cuesta un poco más. Y si tu orgasmo no es tan potente, no pasa nada porque puedes ayudar a tu cuerpo a recordar lo que sabe que puede lograr. Y además hay premio: cuando haces los ejercicios no solo puedes recuperar lo que ya tenías, sino que puedes ir más allá y puedes ayudar a tu cuerpo a encontrar nuevas sensaciones. Lo que necesitamos es despertar zonas que no estaban tan despiertas. 

Titania
Titania
Santander

Hay mujeres que dicen que para ellas este es el mejor sexo porque ya no tienen miedo a quedarse embrazadas y se sienten mucho más libres. Eso sí, hay un nuevo problema ahora: muchas mujeres que no tienen pareja y tienen relaciones casuales ya no usan métodos de barrera porque ya no hay riesgo de embarazo. Las infecciones de transmisión sexual en adultos van a más, las ETS ahora van a más. Que no te quedes embarazada no quita que no te tengas que proteger porque podemos acabar con un problemón que hay que evitar.

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Mila Fernández es redactora de LIFE en 'El HuffPost' y editora de branded content. Antes, fue redactora de estilo de vida y gente en revistas femeninas —AR, LOVE y SMODA—, dirigió la revista Turismo Rural y trabajó delante del micro en Radio España. Puedes contactar con ella en mila.fernandez@huffpost.es