El preservativo cada vez se usa menos: ¿una cuestión generacional o de poca conciencia de las ITS?

El preservativo cada vez se usa menos: ¿una cuestión generacional o de poca conciencia de las ITS?

Algunas Infecciones de Transmisión Sexual han crecido hasta un 200% en ocho años, según la Academia Española de Dermatología y Venereología (AEDV).

Preservativo que sale de una pantalla de móvil.Getty Images

Las cifras de las Infecciones de Transmisión Sexual (ITS), tanto en España como a nivel global no dejan de crecer. Según la OMS (Organización Mundial de la Salud), cada día un millón de personas contraen una infección de este tipo. En España, la Academia Española de Dermatología y Venereología (AEDV) ha advertido también de este aumento que llega, en algunos casos, a ser más de un 200% en los últimos ocho años.

Según el informe de Vigilancia epidemiológica de las Infecciones de Transmisión Sexual en España 2022 del Centro Nacional de Epidemiología (CNE) y el Ciber de Enfermedades Infecciosas del Instituto de Salud Carlos III, las ITS se han incrementado especialmente entre los adultos jóvenes. La gonorrea y la sífilis han multiplicado su incidencia por 25 y 10, respectivamente, mientras que la clamidia se ha disparado un 245 % desde 2016. Unas cifras que llevan repitiendo desde hace casi 10 años y que se igualan con las ITS que existían en la década de los 80 o superiores. Por ejemplo, en 2021 se dio la tasa más alta de casos positivos de gonorrea en España desde que hay registros.

Estas cifras van asociadas en parte a la caída del uso del preservativo en los últimos años y que, sorprendentemente, no siempre se asocia a la población más joven. Según los datos del XII Barómetro de Control Los españoles y el sexo, la población que más ha reducido el uso del preservativo ha sido la mayor de 40 años, cuyo su uso ha caído un 24%.

Esto se debe en parte, tal y como repasa Patricia Coelho, directora de marketing de Control en España y Portugal, a que solo el 38% de los encuestados de todas las edades usa el preservativo para prevenir el contagio de ITS frente al 58% que lo hace para prevenir el embarazo.

De este informe se detalla también, tal y como recuerda Coelho, que por primera vez se ha preguntado por la "confianza" en la pareja y que esta no tenga ninguna ITS, siendo ese el principal motivo de su falta de uso. 

El Barómetro de Control de 2024 preguntaba por primera vez acerca de la confianza en el estado de salud de la pareja sexual, obteniendo resultados sorprendentemente llamativos puesto que, un 29% de españoles no ha acudido nunca a un especialista a revisar su estado de salud sexual, y tampoco se preocupa por conocer el estado de salud sexual de la persona con la que va a mantener relaciones, siendo este el motivo principal (un 77%) entre los adultos de entre 42 y 58 años y de un 60% de las personas entre 27 y 41 años.

¿Cosas de la edad o cuestión de "confianza"?

La diferencia de uso de preservativo entre jóvenes, que según el informe llega al 60% y personas de más de 40 años, no es tanto una cuestión generacional como la generalización de este anticonceptivo para prevenir embarazos y no tanto para la prevención de ITS.

Así lo explica Laura Marcilla, sexóloga y divulgadora de educación sexual en institutos. "A esas edades, cabe pensar que personas que ya han tenido hijos, se han sometido a intervenciones como una ligadura de trompas o una vasectomía y ya no tengan problemas de prevención del embarazo. Y, como ocurre muchas veces, se suele pensar en el preservativo como un método anticonceptivo y se obvia o se olvida que es un método de protección frente a las ITS", señala. 

Sin embargo, apunta también a otras razones como dejar de usar el preservativo "de forma responsable" en una relación estable monógama, que la otra persona no tenga ninguna ITS o que se respeten ciertas normas en las relaciones no monógamas. 

Para la especialista, que se ponga sobre la mesa este grupo de edad "es interesante porque siempre nos centramos en la juventud si lo está haciendo bien o mal y qué irresponsables son los adolescentes de hoy en día y vemos que afecta a personas de cualquier edad, que muchas de estas personas tampoco han recibido ningún tipo de educación sexual o muy poquita o de muy poca calidad".

En el caso de los jóvenes, con los que Marcilla se relaciona día a día en las charlas de educación sexual, recuerda que sí muchos de ellos son conscientes de la ITS mediante distintas campañas, pero algunos "creen que no les va a afectar". Sin embargo, según los datos de vigilancia epidemiológica de enfermedades de transmisión sexual del Instituto Carlos III, el grupo entre 20 y 24 años contaba con tasas de 315,68 por cada 100.00 habitantes en los casos de clamidia y 198,23 de gonorrea. 

"Además, en la adolescencia que estamos en esa etapa de desarrollo, a veces calcular las consecuencias a largo plazo de nuestras decisiones puede ser más difícil que en un momento determinado sean conscientes del riesgo que supone mantener relaciones sexuales sin preservativo", explica Marcilla, quien tampoco quiere quitar del foco los casos de violencia sexual-reproductiva que sufren las jóvenes víctimas de violencia sexual. 

"Da igual que se trate de jóvenes o adultos, los datos evidencian que nadie está exento de contraer una ITS, y uno de los métodos más eficaces y accesibles para prevenirlo es el uso del preservativo masculino"
Patricia Coelho, directora de marketing de Control en España y Portugal

"En muchos casos no se corresponden con la idea de agresiones sexuales por la fuerza física, sino más bien con manipulaciones, coacciones relacionadas con métodos anticonceptivos como negarse a usar preservativo, el hacer que la otra persona tenga que acudir a métodos de emergencia como la pastilla del día después, el controlar que no tome pastillas, etc. No quiero creer que es la causa más común, pero tampoco hay que obviar que puede ser la razón por la que un porcentaje de parejas jóvenes no lo haga", explica.

La sexóloga también pone de manifiesto el desconocimiento generalizado del contagio de ITS a través de otras prácticas sexuales que no exigen necesariamente penetración, como el sexo oral, y el desconocimiento de métodos como las barreras bucales. 

Esto tampoco entiende de edad, tal y como recuerdan desde Control. "Da igual que se trate de jóvenes o adultos, los datos evidencian que nadie está exento de contraer una ITS, y uno de los métodos más eficaces y accesibles para prevenirlo es el uso del preservativo masculino", explica Coelho quien recuerda que, pese a creencias generalizadas, son los jóvenes quienes más usan este método anticonceptivo. "Sin embargo, que éstos indiquen en mayor medida que lo usan para prevenir un embarazo no deseado y no tanto para prevenir una ITS indica que aún queda mucho por hacer en términos de concienciación y prevención", añade.

Conciencia de prevención de embarazo pero no del contagio de ITS

Para Laura Cámara, enfermera, matrona y sexóloga fundadora del equipo GineSex, la clave está en para qué se usan los métodos anticonceptivos, ya que recuerda que hay una "percepción mayor del riesgo del embarazo ante el riesgo de las ITS". 

"Cuando pensamos en las infecciones de transmisión sexual, es algo que no tenemos tan presente y seguimos cayendo en estereotipos como que de alguna forma se ven o que la persona tiene aspecto de enfermo/a y son mitos que son arraigados y que nos hacen que no tengamos tanta conciencia", señala y explica que algunos de ellos parten en que es algo que "se cura y ya", pero no siempre es así. 

"Muchas de las infecciones pueden pasar desapercibidas, pero si no se tratan pueden tener consecuencias a largo plazo como la clamidia o la gonorrea, que pueden producir infertilidad. Si se tratan, se curan, pero si no se detectan, pueden pasar desapercibidas y dar problemas a largo plazo", aclara.

"Cuando pensamos en las infecciones de transmisión sexual, es algo que no tenemos tan presente y seguimos cayendo en estereotipos como que de alguna forma se ven o que la persona tiene aspecto de enfermo/a y son mitos que son arraigados y que nos hacen que no tengamos tanta conciencia"
Laura Cámara, enfermera, matrona y sexóloga fundadora del equipo GineSex

Desde Control, Coelho recalca que la idea del preservativo masculino es "esa doble barrera" y "que quede claro que efectivamente el preservativo es un método para evitar embarazos no planificados, pero también, es una de los métodos barrera más efectivos y accesibles para la prevención del contagio de ITS en un panorama social en el que el aumento de contagios ya es un tema de alarma social".

Pero la evidencia de la falta de conciencia de las ITS no solo se da en el uso del preservativo, sino en una sensación de seguridad y confianza tanto en uno mismo como en la pareja ya que un 64% de las españolas y españoles confiesa no haberse realizado nunca una prueba para conocer si tiene una ITS, y un 70% nunca se ha realizado una prueba para conocer si tiene VIH. 

Pero por mucho que se confíe, la falta de uso del preservativo provoca un incremento directo de estas ITS de forma generalizada. "En 2023 crecieron las ITS de origen bacteriano en todos los grupos de edad, incluido el de mayores de 40, consecuencia también si se deja de usar preservativo de forma no responsable y sin seguir unas pautas concretas", apunta Marcilla.

Educación sexual y campañas, sí, pero no desde el miedo

Las tres especialistas coinciden en que la educación sexual debe ser clave tanto para fomentar el uso de preservativo como para concienciar de la importancia y el riesgo de las ITS, algo que los profesionales demandan que sea de forma integral y obligatoria en todos los centros escolares.

"Falta muchísima educación sexual, por un lado, y, por otro, cuando la hay esta se enfoca mal porque pensamos que dar información sobre las ITS ya es dar educación sexual y, en mi opinión, esto se queda muy corto. Cuando queremos dar educación sexual nos restringimos a dar información sobre ITS de forma muy escueta, muy desde lo médico, desde el miedo de tener cuidado", se queja Cámara, quien recuerda que es necesaria esta parte, pero también incluyendo otros aspectos como acabar con determinados mitos y estereotipos a la hora de usar preservativo hablar del placer o de la propia negociación del mismo. 

Tanto ella como Marcilla coinciden que buen parte de la educación sexual, más allá de orientarse a hablar de enfermedades, consecuencias y forma de prevenirlas desde el "miedo", debe abordar la sexualidad desde el placer y la calidad de vida. 

"Hubo un momento en el que parecía que la educación sexual era solo en relación a las ITS y es mucho más y debe abarcar mucho más, pero volvemos a que si de media se hacen una o dos horas de educación sexual en cada clase al año en los institutos de España, hay que priorizar temas. Si tratas la diversidad sexual, ya no puedes hablar de esto o hablas de esto muy por encima", reivindica y apunta a un desarrollo integral de esta formación a lo largo del curso que permita evaluar si hay cambios de actitudes o de concepciones del sexo y las ITS. Además, apunta a que este tema no es el más demandado actualmente por la comunidad educativa. "Necesitaríamos más horas para no tener que relegar ningún tema que también es importante al banquillo", señala.

La menor presencia del VIH en las campañas

Otro tema que suele salir a relucir y que esgrimen los especialistas como la AEDV es la pérdida del miedo respecto al VIH. Esta semana señalaron en el comunicado de su informe que "hay una tranquilidad equivocada" ante estas infecciones, según ellos, derivada en buena parte por la profilaxis preexposición al VIH (Prep), que ha hecho que se haya "perdido el miedo" al sida de hace unas décadas. Esto, señalan en su comunicado, se debe también a prácticas como el chemsex —el uso de drogas para mantener relaciones sexuales—, que incrementan el riesgo de transmisión.

"El miedo no es la emoción más sana y más efectiva para prevenir problemas de salud sexual, el miedo paraliza"
Laura Marcilla, sexóloga y divulgadora de educación sexual en institutos

Cámara cree que puede que se hable menos del VIH y esto se haya traducido en que esté menos presente entre los adolescentes "que otras generaciones que fueron adolescentes en los años 90, por ejemplo". "Quizás se tendría que recuperar de ITS, entre ellas el VIH dentro de estas promociones de la salud y de educación sexual", señala.

Para Marcilla, sin embargo, el "miedo" ante una enfermedad no es la solución para mejorar la salud sexual ni para la educación. 

"En parte se ha perdido el miedo y no me parece mal en parte. El miedo no es la emoción más sana y más efectiva para prevenir problemas de salud sexual, el miedo paraliza. Creo que hay que sustituirlo por la responsabilidad, la consciencia, el tener relaciones responsables", señala y recuerda que los tratamientos para personas con VIH han mejorado, aunque sigue existiendo un gran estigma social y sigue siendo una infección importante. 

La sexóloga recalca que "una educación sexual basada en el miedo, la abstinencia y demás no es educación sexual de calidad". "Necesitamos trabajar las ideas, las actitudes, las emociones que rodean al uso del preservativo, por qué lo usamos, por qué no, las habilidades sociales que se relacionan con él. Que se naturalice más, se normalice el hecho de hacernos pruebas de manera recurrente cuando tengamos relaciones sexuales o parejas sexuales para comprobar que no hay ninguna infección ni enfermedad", señala.

¿La culpa es del porno?

Aunque se ha comprobado que la caída en el uso del preservativo no es algo generacional, el consumo de pornografía por parte de jóvenes y adolescentes, donde entre otras prácticas el preservativo está ausente suele aducirse como una de las principales influencias.

Sin embargo, las especialistas coinciden en que la pornografía no es la causa de todos los males en materia de educación sexual. "El porno tiene muchísima crítica, pero no podemos culpabilizarlo de absolutamente todo lo que pasa. Desde mi opinión es la falta de educación sexual y ante esta ausencia, se recurre a otras fuentes de información como puede ser la pornografía, donde lo que se nos vende es una visión del sexo muy sesgada, con muchos mitos y estereotipos", apunta Cámara, quien recuerda que la pornografía lo que hace es "extender esos mitos y amplificar un problema de falta de educación sexual".

Ese sexo supuestamente ideal y sin preservativo no solo se ve en el cine para adultos, tal y como recuerda Marcilla. "En el cine de Hollywood tampoco se ve que cuando una pareja va a mantener relaciones sexuales se paren a sacar el preservativos o tienen la conversación de ir a la farmacia porque no tienen. Es verdad que si en las representaciones del sexo de nuestro alrededor no se presenta el preservativo o muchas veces cuando se presenta como un elemento que corta el punto o no es erótico, puede desincentivar su uso", apunta, pero recuerda que no se ha demostrado una correlación directa entre pornografía y prácticas ni que esta sea la única causa.

La financiación por parte del Ministerio y otras posibles soluciones

Ante el aumento de ITS, el Ministerio de Sanidad encabezado por Mónica García anunció que se destinarán 10 millones de euros en 2024 para financiar preservativos para jóvenes entre 16 y 22 años, una medida que tanto las especialistas como desde Control ven positiva. 

"Me parece que la intención de la medida es buena, pero es insuficiente. En parte porque los jóvenes ya están teniendo relaciones antes de los 16, en torno a los 14 y 15 años está la media, y es a edades más tempranas cuando se empiezan a desarrollar determinadas actitudes con respecto al sexo, que luego van a ser más difíciles de cambiar", apunta Marcilla, quien recuerda que "si a estas edades no les estamos facilitando el preservativo, se pueden acostumbrar a no utilizarlo". Del mismo modo critica que se deje de financiar a los 22, cuando muchos jóvenes no tienen independencia económica. 

Además, ve fundamental la educación sexual ya que "por mucho que se les financie, si no los quieren utilizar, no los van a utilizar". "Seguiríamos con el problema de quien no quiere utilizarlo, va a seguir sin querer aunque sea gratis, por lo que tendría que acompañarse de otras medidas", apunta Marcilla.

Cámara también apunta a que tendría que haber otras medidas orientadas "cómo usarlo, cómo negociarlo, cómo quitarte de encima los mitos y estereotipos relacionados con el uso del preservativo...". "Muchas cosas que tienen que ver con la educación y no solo dárselo. Es como decir que le vas a dar coche a todos los que cumplan 18 años, pero no les vamos a dar clases de conducir ni seguridad vial", ejemplifica.

Del mismo modo, la educadora sexual señala que las campañas institucionales como las que se elaboraban a principios de los 2000 deberían volver, pero "siempre y cuando no se hagan desde el pánico o la moralidad, que algunas desde las que había antiguamente", sino "desde el conocimiento de los riesgos de una forma realista".

En este sentido, Cámara ve una oportunidad en las redes sociales y los influencers: "Se podrían utilizar las herramientas que sabemos que hoy en día van a llegar a los jóvenes como influencers, redes sociales y gente que llega a esta población ahora mismo como cantantes o artistas, etc. para concienciar del uso del preservativo. Sería superinteresante". 

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Marina Prats es periodista de Life en El HuffPost, en Madrid. Escribe sobre cultura, música, cine, series, televisión y estilo de vida. También aborda temas sociales relacionados con el colectivo LGTBI y el feminismo. Antes de El HuffPost formó parte de UPHO Festival, un festival urbano de fotografía en el marco del proyecto europeo Urban Layers. Graduada en Periodismo en la Universidad de Málaga, en 2017 estudió el Máster en Periodismo Cultural de la Universidad CEU San Pablo y en 2018 fue Coordinadora de Proyecto en la Bienal de Arte Contemporáneo de Fundación ONCE. También ha colaborado en diversas webs musicales y culturales. Puedes contactarla en marina.prats@huffpost.es