Una eminencia en ritmo circadiano revela la edad en la que muchos perdemos una gran habilidad relacionada con el sueño
Los ritmos de sueño de una persona mayor poco tienen que ver con los de un adolescente.
No es de extrañar que si tienes un joven o adolescente en tu entorno sus siestas o su sueño llegue hasta bien entrada la mañana, hasta el mediodía e incluso primera hora de la tarde. Sin embargo, la capacidad de dormir plácidamente hasta mediodía no es algo que se vea influido solo por el trabajo, también por la edad.
Según cuenta Timo Partose, profesor de investigación y experto en sueño y ritmo circadiano del Departamento de Salud y Bienestar de Finlandia al medio Ilta Sanomat, hay varias razones que explican este fenómeno.
"No hay etapas de sueño profundo por las mañanas. Por la noche, el sueño consta de períodos de vigilia, sueño ligero y etapas de sueño REM. Por las mañanas, en cambio, navegamos entre el sueño ligero y el REM y somos sensibles a las perturbaciones externas o internas", explica. Las perturbaciones internas pueden ser preocupaciones o pensamientos intrusivos, mientras que las externas serían ruidos o tener una habitación demasiado iluminada.
Del mismo modo, explica que el horario de trabajo influye en los ciclos de sueño, siendo las personas con trabajo de tarde las más proclives a dormir hasta bien entrado el mediodía.
El especialista detalla al citado medio que, aunque los ciclos de sueño varíen, las horas de descanso siguen siendo las mismas. "La cantidad de sueño y la necesidad de dormir siguen siendo iguales incluso en las personas mayores, pero la mayoría de las veces, el ritmo de la persona que envejece gira en dirección a la rutina matutina", señala.
En la web Actiage explican que esto se suele dar especialmente al final de la edad adulta. "De acuerdo con la transición a un cronotipo matutino en humanos adultos mayores, la fase circadiana del inicio del sueño y el despertar avanza con la edad, por lo que los adultos mayores (edad media de 68 años) informan que prefieren acostarse 1 a 2 horas antes, en promedio, en comparación con los más jóvenes", señalan y apuntan a que suelen tener más despertares durante la noche y fases de latencia más largas para conciliar el sueño.
Del mismo modo, apuntan que los adultos mayores pasan menos tiempo en la etapa 3, la etapa 4 y el sueño de movimientos oculares rápidos (REM) en comparación con los adultos más jóvenes. Esto se transforma en que pérdida de sueño, unos 30 minutos de sueño menos cada 10 años, comenzando en la cuarta década de la vida.