Un estudio en neurociencia da la clave para ser feliz en el trabajo con sólo dos elecciones diarias

Un estudio en neurociencia da la clave para ser feliz en el trabajo con sólo dos elecciones diarias

Tras realizar varios estudios, los expertos llegaron a la conclusión de que con dos simples gestos se puede conseguir la felicidad.

Dos mujeres chocan la mano mientras trabajanGetty Images

Sentirse completo, feliz y realizado no siempre es fácil. De hecho, es bastante más complicado de lo que puede parecer, debido a que pueden existir multitud de factores o decisiones que nos impidan conseguirlo de forma asequible.

Con el objetivo de acercarnos a esa sensación de plenitud, un reciente estudio publicado en la revista Nature Communications, ha revelado que si llevamos a cabo dos simples decisiones en el día a día, nos encontraremos mucho mejor con nosotros mismo y alcanzaremos un nivel de felicidad en el trabajo, generalmente donde más suele costar, mucho mayor.

El estudio llevado a cabo examinó a 50 personas a las que se les comunicó que recibirían 100 dólares durante varias semanas y se les encomendó un objetivo: la mitad de ellos tenían que gastarlo en ellos mismos, mientras que la otra mitad tenía que gastalos en alguien a quien conocían.

Con esta práctica se buscaba que, a través de la llamada psicología positiva, las personas pudieran alcanzar una vida más feliz, aunque como los propios impulsores de la investigación afirman, esto no es un proceso mágico por el cual uno se vaya a sentir lleno y feliz de la noche a la mañana, sino que requiere de un proceso, constancia y voluntad.

Practicar y 'pensar' la generosidad

Una vez realizado el proyecto, los neurocientíficos llegaron a dos conclusiones. La primera, y a la que todo el mundo puede llegar sin necesidad de una formación superior, es la de aplicar la generosidad en nuestro día a día.

De acuerdo con los resultados obtenidos en la investigación, los expertos descubrieron que los niveles de felicidad del cerebro aumentan, no solo si se es generoso con alguien, sino con el hecho de pensar en hacer algo generoso.

Con el experimento se trató de examinar si verdaderamente la generosidad aumentaba la felicidad, y tras proponerles el objetivo a los participantes del proyecto, les pidieron a todos ellos que pensaran en el amigo o amiga al que iban a regalarle algo. A continuación se les realizó a todos ellos una exploración por resonancia magnética funcional para comprobar la actividad en las regiones del cerebro que regulan el comportamiento social la generosidad y la felicidad.

Así, los escáneres utilizados revelaron que pensar en ser generoso estaba relacionado con la actividad en el cuerpo estriado ventral, donde se manifiesta el sentimiento de felicidad. Tras ello, Philippe Tobler, uno de los autores de la investigación afirmó que "es notable que la intención por sí sola genere un cambio neuronal antes de que la acción se implemente realmente" y destacó que "prometer un comportamiento generoso puede utilizarse como estrategia para reforzar el comportamiento deseado, y aumentar el nivel de felicidad".

Cadena de favores

La segunda conclusión a la que llegaron los neurocientíficos fue el hecho de que aplicar la conocida como "cadena de favores", en honor a la película del año 2000 que recibe el mismo nombre, también se traduce en mayor felicidad en el día a día, aunque principalmente, en el puesto de trabajo.

El estudio, publicado en la revista Emotion concluye que se reportan grandes beneficios positivos tanto en las personas que dan como en las que reciben amabilidad y reciprocidad a la hora de llevar a cabo prácticas bondadosas.

En este sentido, investigadores de la Universidad de California estudiaron el comportamiento de multitud de trabajadores en la planta de Coca Cola de Barcelona, y descubrieron que los resultados vertieron que los que dieron felicidad -por supuesto que también los que la recibieron- experimentaron un aumento increíble en sus niveles de satisfacción y felicidad con la vida y el trabajo.

Titania
Titania
Santander

Esto se explica debido a que los que recibían actos bondadosos, no solo los recibían de buen grado, sino que además, los correspondían a otra persona. Así, los destinatarios comunicaron a los expertos que, tras recibir el 'regalo', ellos lo correspondían por tres.