Las tres razones por las que piden eliminar el fiambre de pavo de la dieta
La elaboración de este producto añade ciertos productos que lo incluyen en el grupo de alimentos poco saludables.
El consumo de carne, como es el caso de las clasificadas como rojas, está en el punto de mira de los organismos nacionales e internacionales, que observan los efectos que tienen determinados productos sobre la salud, ya sean frescos o procesados, como puede ser el fiambre de pechuga de pavo.
De hecho, la Organización Mundial de la Salud (OMS) publicó en 2015 un informe en el que advertía que la ingesta habitual de estos alimentos, que define como "carne que se ha transformado a través de la salazón, el curado, la fermentación, al ahumado u otros procesos para mejorar su sabor o su conservación", podría estar vinculado con el desarrollo de cánceres de colon o recto.
Hay que diferenciar a estas alturas entre los dos productos que puedes encontrar en el supermercado: la pechuga de pavo fresca y el fiambre de pechuga de pavo. Mientras la primera es la que se puede encontrar en los lineales de la carnicería, sin ningún tipo de tratamiento; la segunda pasaría a la sección de charcutería (aunque no es un fiambre en sí) al someterse a un proceso de pasteurización, cocido y salmuera que la transforman en un derivado cárnico sin apenas tratamiento industrial, como ocurre con el jamón cocido o la paleta cocida.
Eso sí, para que la pechuga de pavo no se le considere un fiambre y, por tanto potencialmente perjudicial para la salud humana, debe cumplir una serie de requisitos:
- No debe contener almidones añadidos.
- El porcentaje de azúcares debe ser inferior al 3%
- Tener menos de 2 gramos de proteínas añadidas por cada 100 gramos de producto.
Fiambre de pavo: ¿por qué deberías reducir a cero su consumo?
La legislación española deja bien claro cuándo podemos calificar de fiambre cualquier producto cárnico: serán todos aquellos que en su proceso de elaboración añadan féculas o almidones. Precisamente, la incorporación de estas harinas reduce la calidad final del producto.
De ahí que haya que prestar especial atención al etiquetado de los productos, en los que se puede ver la cantidad de ingredientes extra que incorpora el fiambre de pavo respecto a la pechuga fresca, aunque son tres aspectos generales que deberían hacernos pensar sobre el consumo de estos productos y eliminarlos de nuestra dieta:
- Alto contenido de sodio. Muchos fiambres de pavo contienen altas cantidades de sodio, lo que puede contribuir a la hipertensión arterial y otros problemas de salud relacionados con el corazón. Si consumes regularmente fiambre de pavo como parte de tu dieta, es posible que estés consumiendo más sodio de lo que deberías.
- Procesamiento. Muchos fiambres de pavo son altamente procesados, lo que significa que pueden contener conservantes, colorantes y otros aditivos que no son saludables para el cuerpo. Además, algunos fiambres de pavo pueden contener grasas poco saludables, como grasas trans, que pueden aumentar el riesgo de enfermedades del corazón.
- Contenido de proteínas. Aunque el pavo en sí mismo es una fuente de proteínas saludables, el fiambre de pavo procesado puede tener un contenido de proteínas reducido. Muchos fabricantes agregan agua, sales y otros ingredientes para mejorar la textura y el sabor, pero esto puede diluir el contenido de proteínas en el producto final. Si buscas una fuente de proteínas de alta calidad, es posible que desees buscar otras opciones en lugar de fiambre de pavo procesado.