Todo lo que no sabes del kéfir: qué es, por qué es saludable, cómo se elabora y cómo elegir uno auténtico
Y por qué lo recomiendan los expertos.

Investigaciones de la comunidad científica vienen apuntando en los últimos años en una dirección: el papel fundamental que juega nuestra microbiota intestinal, es decir, el conjunto de microorganismos que residen en el intestino, en el mantenimiento de nuestro estado de salud.
Cuidar la microbiota es fundamental para nuestro bienestar general, no solo digestivo, y para ello los especialistas coinciden en recomendar una serie de alimentos, ricos en probióticos que benefician al proceso digestivo y refuerzan el sistema inmunológico.
Un alimento rico en bacterias buenas es el kéfir, un producto que cada día gana más adeptos en nuestro país porque, además de los beneficios que puede aportar su consumo, tiene un sabor y una textura característicos.
¿Pero qué es el kéfir?
El kéfir es una leche fermentada, similar al yogur, que se comenzó a tomar en las montañas del Cáucaso hace más de dos mil años, cuando los pastores descubrieron que la leche que transportaban en bolsas de piel de animal fermentaba al cabo de un tiempo bajo determinadas condiciones ambientales.
Por cierto, su nombre, que proviene del turco, significa "sentirse bien", "bienestar".
¿Cómo se hace el kéfir?
La receta tradicional, para que se considere auténtico kéfir, utiliza gránulos de kéfir que están compuestos por levaduras y bacterias beneficiosas. Al añadirlos a la leche se produce una doble fermentación y el resultado es una bebida cremosa que se puede tomar sola o con frutas, cereales, semillas y frutos secos.
¿Cómo elegir un kéfir auténtico?
No es necesario elaborar el kéfir en casa. En los supermercados ya hay una gran variedad de marcas que lo elaboran, pero no todas son iguales y es importante que nos fijemos en la lista de ingredientes.
Lo más importante es fijarse en si lleva levaduras de kéfir, siguiendo así la receta tradicional para ser un kéfir auténtico.
Kéfir de Activia, sí

El kéfir de Activia, efectivamente, sigue la receta tradicional: está hecho con bacterias buenas —es decir, fermentos— y levaduras de kéfir, los cuales dejamos fermentar durante 7 horas y media. El resultado es un kéfir una textura cremosa y un sabor suave.
Lo cierto es que la fórmula de Activia es una combinación única de 16 fermentos vivos —ningún otro kéfir tiene más variedad de fermentos—, auténticas levaduras de Kéfir, y además probióticos naturales que llegan vivos a tu microbiota intestinal. Y es que tiene ocho veces más fermentos que un yogur, aportando así mayor diversidad de fermentos a tu microbiota.
Y además de los beneficios que aporta su composición, para todos aquellos que aún son reacios a tomar kéfir por su sabor, el de Activia se ha reformulado para conseguir un sabor suave y una textura cremosa.