Soy técnica en nutrición y ésta es la vitamina de tu dieta que te regulará la circulación sanguínea

Soy técnica en nutrición y ésta es la vitamina de tu dieta que te regulará la circulación sanguínea

Es recomendable incorporar en tus recetas alimentos de hoja verde, aceite de soja o productos lácteos fermentados

Ensalada hecha con una variedad de lechugas y otros ingredientes.COOKPAD

Hay dos letras mágicas que debes tener presente recordar si quieres regular tu circulación sanguínea, la K y la D. Porque, en sinergia, las vitamina K y D pueden hacerte mucho bien. La vitamina K es esencial para la salud circulatoria, desempeña un papel crucial en la coagulación de la sangre y la prevención de la calcificación en las arterias, ayudando así a mantener una circulación sanguínea saludable. Por eso, incorporar a tu dieta alimentos ricos en vitamina K, como las verduras de hoja verde (espinacas, kale, brócoli), el aceite de soja y los productos lácteos fermentados, puede mejorar significativamente la salud cardiovascular, recomienda la técnica en Nutrición y Dietética Ana Luzón.

Además, la vitamina K trabaja en sinergia con la vitamina D para optimizar la salud ósea y cardiovascular, destaca: “La vitamina D, a menudo conocida por su papel en la salud ósea, también desempeña funciones cruciales en el sistema cardiovascular”.

Y a continuación nos explica cómo esta vitamina puede optimizar la salud de tu corazón y tus vasos sanguíneos. En primer lugar, regula la presión arterial: “La vitamina D contribuye a la regulación de la presión arterial al influir en el sistema renina-angiotensina, que controla la constricción de los vasos sanguíneos y el volumen de sangre. Niveles adecuados de vitamina D pueden ayudar a mantener la presión arterial en rangos saludables”, destaca esta experta.

La vitamina D es, además, buena como inflamatorio y para la salud endotelial: “La vitamina D tiene propiedades antiinflamatorias que pueden proteger las arterias del daño inflamatorio crónico”, resalta Luzón. “Además, mejora la función endotelial, es decir, el revestimiento interno de los vasos sanguíneos, lo que es crucial para la prevención de la aterosclerosis (endurecimiento de las arterias)”.

Otro aspecto al que influye es al control de los niveles de glucosa y lípidos, prosigue la experta. “La vitamina D influye en el metabolismo de la glucosa y los lípidos (grasas). Estudios han demostrado que niveles adecuados de vitamina D pueden mejorar la sensibilidad a la insulina y ayudar a regular los niveles de colesterol, reduciendo así el riesgo de diabetes tipo 2 y de enfermedades cardiovasculares”.

Sobre la conexión de la que hablábamos que tienen estas dos vitaminas, Luzón destaca su trabajo en común para la prevención de la calcificación arterial. “La vitamina D trabaja en conjunto con la vitamina K para prevenir la calcificación arterial. Mientras que la vitamina D facilita la absorción de calcio, la vitamina K asegura que el calcio se deposita en los huesos y no en las arterias”. Y precisamente esta sinergia “es crucial para mantener las arterias flexibles y libres de depósitos de calcio que pueden obstruir el flujo sanguíneo”, recalca.

Otro aspecto nada menor es su función en la reducción del riesgo de enfermedades cardiovasculares. De hecho, esta experta recuerda que varios estudios epidemiológicos “han encontrado una asociación entre niveles bajos de vitamina D y un mayor riesgo de enfermedades cardiovasculares, como la enfermedad coronaria, la insuficiencia cardíaca y el accidente cerebrovascular”. Y mantener niveles adecuados de vitamina D puede ser una estrategia preventiva eficaz contra esto, recomienda la nutricionista.

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¿Qué hacer para ello? “Para obtener suficiente vitamina D, es importante combinar la exposición moderada al sol con una dieta rica en alimentos que contengan esta vitamina, como pescados grasos (salmón, caballa), yemas de huevo, hígado y productos lácteos fortificados”, destaca. Además, en algunos casos, puede ser necesario “el uso de suplementos, especialmente en personas con poca exposición solar o con condiciones que afecten la absorción de nutrientes”. Y, como suele hacer Ana Luzón, nos recuerda para terminar que “siempre es recomendable consultar a un profesional de la salud antes de iniciar cualquier suplementación para asegurar que se están tomando las dosis adecuadas y seguras”.