Soy técnica en nutrición y esta merienda le doy a mi hijo para que no coma más hasta la cena
Existen combinaciones sencillas de alimentos, nutritivas y fáciles de preparar, que les saciarán de forma sana.
Al elegir una merienda completa para los niños, especialmente desde la llamada alimentación intuitiva, se pueden buscar opciones equilibradas y variadas "para ayudar a que tu hijo a que aprenda a identificar sus señales de hambre y saciedad", cuenta la técnica en nutrición y dietética Ana Luzón.
Esta experta aporta varias ideas ideas prácticas y nutritivas para que sigamos estas pautas que ella también pone en práctica. En primer lugar, nos aconseja que incluyamos alimentos con Fibra y Proteína. "Estos ayudan a una digestión más lenta y prolongan la saciedad sin llenarlo de más. Algunos ejemplos son el yogur natural con frutas y los frutos secos. El yogur aporta proteína, mientras que las frutas añaden fibra y un sabor dulce natura", destaca esta nutricionista.
También podemos optar por las tortitas de avena con crema de frutos secos, propone Luzón. "La avena contiene fibra y carbohidratos de calidad, y la crema de cacahuate o almendra proporciona grasas saludables", explica. Otra buena idea es agregar carbohidratos de calidad, "que les dan energía que respalda su actividad física y mental", dice esta experta. "Un ejemplo sería una tostada integral con aguacate y huevo duro. Esta mezcla es deliciosa y nutritiva, y ayuda a mantener la energía estable", propone Luzón.
Otra alternativa son las galletas de avena caseras o pan integral con queso fresco, una ppción que es rápida y saciante. Y otra más que menciona esta experta en dietética son las frutas y verduras frescas, que nunca debemos olvidar. "Son fuente de vitaminas, minerales y fibra, además de fomentar una relación positiva con los alimentos", recuerda la nutricionista. Y como ejemplo pone el darles unos bastones de zanahoria, pepino y pimiento con humus. "Son perfectos para que interactúe con alimentos variados de manera divertida". Otra opción es tirar de la fruta fresca en temporada, como un puñado de uvas o una manzana cortada, que son fáciles de llevar y de comer, añade Ana Luzón.
"Un enfoque intuitivo de la merienda supone que, al elegirla, ofrezcamos a nuestros hijos un equilibrio de nutrientes que mantengan su energía sin caer en la necesidad de aguantar hasta la cena", resume la experta. "Esto les ayuda, además, a que el niño pueda explorar sus propias señales de hambre y saciedad, en lugar de seguir reglas estrictas de horario o cantidad", recalca. Así que nos anima en que nos inspiremos en las combinaciones que nos acaba de proponer "para hacer que la merienda sea una oportunidad de nutrición y de aprendizaje sobre el propio cuerpo", concluye.