Siete cosas que hace tu cuerpo sin tu permiso (y por qué lo hace)
Reacciones como el hipo, los tics o los estornudos, entre otros, se realizan de manera inconsciente, pero tienen un motivo.
A lo largo del día, el organismo humano tiene una serie de reacciones que no controlamos de manera consciente. Sin embargo todas ellas, aunque no nos demos cuenta, están motivadas bien sea por lo que hayamos ingerido en las horas previas, las horas de sueño que hemos acumulado a lo largo de la noche —o las que no—, así como el nivel de estrés que tenga nuestro cuerpo, etc.
Algunas de esas reacciones son el hipo, los estornudos, las lágrimas o los temblores en el párpado. Y se dan por los siguientes motivos.
1. Un tic en el párpado
En ocasiones, sucede que a lo largo del día comienza un temblor en el párpado que nadie provoca de manera consciente. Ello se debe, según recoge la revista Mujer Hoy, a un exceso en el consumo de cafeína o al estrés. En esos casos, la mejor manera de que cese es tratar de encontrar alguna manera de reducir esa intranquilidad.
2. Ganas de bostezar
Incluso en ocasiones de lo más inoportunas, ocurre que a veces entran ganas de bostezar. Durante años se ha tratado de dar explicación a los bostezos; sin embargo, "no entendemos qué función tiene bostezar", apuntó el investigador de la Universidad de la Facultad de odontología de Maryland en Baltimore Gary Hack, en declaraciones recogidas por National Geographic.
Su conclusión fue que es una reacción del organismo para disminuir la temperatura del cerebro. "Al igual que los ordenadores, el cerebro humano es muy sensible a las temperaturas y debe permanecer fresco para operar eficientemente", explicó el mismo experto.
3. Los estornudos
Los estornudos son otra reacción involuntaria. Y esta se da cuando una partícula irritante o algún agente externo infeccioso entra en contacto con la mucosa nasal. La reacción que tiene el organismo es un acto reflejo que carece de control: el estornudo.
4. El hipo
El hipo es otra de este tipo de reacciones. Y son contracciones del diafragma que se dan, de nuevo, de manera involuntaria, que viene seguido por un cierre repentino de nuestras cuerdas vocales. Se puede dar después de haber consumido bebidas con gas o de haber tenido una comida copiosa.
Es habitual que termine por irse con el paso de los minutos o las horas. Sin embargo, puede perdurar varios días. En ese caso, se pueden realizar algunos ejercicios como la maniobra de Valsaba. Esta consiste en inspirar y, acto seguido taponar boca y nariz. A continuación, con ambos orificios tapados, hacer el amago de expulsar ese aire. Tras 15 segundos, se puede abrir la boca y, finalmente, soltar ese aire.
5. Tener la piel de gallina
Una emoción muy fuerte o la exposición al frío. Ambas tienen en común que pueden provocar que nuestro cuerpo reaccione dejándonos la piel de gallina. Es decir, cuando el bello del cuerpo se eriza. Es un método que tiene el organismo de retener el calor corporal.
6. La piel de los dedos arrugada
Cuando pasamos mucho tiempo en el agua, o entramos en contacto durante un período de tiempo prolongado con alguna sustancia húmeda, es habitual que la piel se arrugue. Especialmente, la de los dedos de la mano y de los pies.
"Cuando la piel entra en contacto con el agua durante más de unos minutos, los conductos sudoríparos de este órgano se abren, permitiendo que el agua fluya por el tejido cutáneo", explicó el investigador especializado en biomedicina y profesor asociado de ingeniería biomédica en la Universidad de Binghamton en Nueva York Guy K. German, en declaraciones recogidas por El Confidencial.
Ese agua que se añade a nuestro organismo hace que la proporción que hay de sal en el interior del mismo disminuya. De tal manera que se contraen los vasos sanguíneos y, por lo tanto, se reduce el volumen de la piel.
7. Los espasmos mientras dormimos
Esta reacción es más difícil percibirla en uno mismo, pero también se da: los espasmos durante la noche. Estos se denominan espasmos mioclónicos y, según el Instituto del Sueño, no está considera no un trastorno del sueño, a no ser que sean muy repetidos. De hecho, son "síntomas o respuestas del cuerpo a ciertos factores", como puedan ser la ansiedad, el estrés o la falta de sueño.