Ser amable tiene efectos en la salud que no esperabas
Es una práctica especialmente sana con enormes beneficios físicos y mentales.
¿Qué es ser amable? Según la RAE, este adjetivo calificativo hace referencia a algo o alguien que es "digno de ser amado" o bien "afable, complaciente afectuoso". Esto quiere decir que la amabilidad se podría definir como una condición humana, por la cual se es simpático y cercano con alguien, por lo tanto se considera como algo positivo.
Seguro que, como le ocurre a todo el mundo, en muchas ocasiones se ha tenido la percepción totalmente contraria: "¿Por qué esta persona no es más amable?" Esta es una pregunta muy habitual ya que por desgracia, no todo el mundo no presenta el mismo grado de amabilidad con el prójimo por diferentes motivos: su personalidad, su manera de entender la vida, su humor o directamente por que haya podido tener un mal día.
Pero si atendemos a la ciencia, más de uno aumentaría esa dosis de amabilidad para con el resto de personas -conocidas o no- con las que se encuentre en su día a día. Esto se debe a los enormes beneficios físicos y mentales que se producen en nuestro organismo al comportarnos con amabilidad.
Aumento de la esperanza de vida
De acuerdo con el neuropsicólogo Richard J. Davidson, ser amable con el resto de personas reduce los niveles de inflamación de todo el organismo según un estudio realizado en el año 2017 tras analizar a más de 40.000 personas.
En los resultados de dicho estudio se observó que aquellas personas que durante su vida realizan voluntariados tienen una mejor salud a lo largo de su existencia que los que no lo realizan, llegando a aumentarse su esperanza de vida en hasta cinco años.
Otros estudios han revelado que las personas que demuestran bondad con el resto aumentan su felicidad propia en un punto en una escala del 0 al 10, al tiempo que puede mejorar el estado de ánimo, de acuerdo con el antropólogo de la Universidad de Oxford Lee Rowland.
Produce dopamina y actúa contra el estrés
Este punto es compartido también por el doctor David Hamilton, experto en el efecto placebo. Según expone en su obra Los cinco beneficios de ser amable, afirma con rotundidad que ser amable sirve como antídoto natural para frenar el estrés y los pensamientos y emociones negativas.
Su teoría se basa en que en ese momento se produce una elevación considerable de la dopamina -hormona de la felicidad-. Además, detectó que también protege el sistema cardiovascular al reducir la presión arterial tras emitir oxitocina y liberar óxido nítrico, algo que dilata los vasos sanguíneos y actúa contra la ansiedad.
Pero como ocurre con todo en la vida, esta amabilidad debe ser controlada, ya que si esto no ocurre, se entraría en un proceso patológico. Esto también le ocurre a muchas personas, y según un estudio de la Columbia Busines School y el University College de Londres, aquellas personas que son especialmente amables, tienen un 50% más de probabilidad de acabar el mes en números rojos o incluso anteponer al resto de personas por encima de uno mismo, a nivel social, económico, laboral, etc.