Salud mental y efectos secundarios tras el cáncer de mama: "Que se salven 8 personas de 9 no significa que sea baladí"
"Yo pensé 'me van a cortar las tetas' y voy a estar cinco años con una terapia hormonal y con quemaduras de radiación", dice una superviviente.
"Queremos vivir, no solo sobrevivir", cuenta a El HuffPost Amada Dos Santos, que ha tenido que afrontar el cáncer de mama desde que se lo diagnosticaran en octubre de 2020. La mujer de 53 años reivindica la necesidad de tener calidad de vida ante los efectos secundarios que se arrastran después de padecerlo.
Verónica Sánchez, a quien le detectaron cáncer de mama en 2016, coincide con Dos Santos en que la enfermedad no termina una vez se supera: "Hemos terminado la radio, la quimio y ahora vuelve a tu vida normal. Pero hay unos efectos secundarios para toda la vida que afectan en lo físico, lo mental, lo cognitivo, lo económico y a tu red social".
Dos Santos relata que fue gracias a la Asociación Española Contra el Cáncer que se sintió arropada y segura "gracias a un teléfono 24 horas que tienen para preguntar": "Me daban mucha información que alguien normal no tiene”.
Dar seguridad y acompañar a los pacientes con cáncer es una de las tareas que abordan desde la Asociación Española Contra el Cáncer. "Nos preocupa el seguimiento de los pacientes y familiares porque puede tener múltiples necesidades: psicológicas, recursos materiales, logopedia, fisioterapia, o acompañamiento si se encuentran solos", señala la responsable nacional de atención psicológica y coordinadora del equipo de psicooncología de la AECC, Carmen Yélamos.
Sánchez también ha recurrido a la AECC para poder hablar con un psicólogo y apunta: "Hay hospitales que cuando te detectan cáncer te asignan a un psicólogo, pero hay otro en los que no".
Esta mujer de 52 años, que se ha sometido a una doble mastectomía, radioterapia y quimioterapia, explica la importancia de poder vaciar la bolsa de pensamientos y preocupaciones que cargar a las espaldas: "¿Por qué me pasa esto a mí con la vida tan sana y aburrida que llevaba? Y te preocupas de que no le dé un jamacuco a tu madre, de proteger a tu novio o de tu hija de nueve años que te pregunta si te vas a morir".
Dentro de las necesidades psicológicas, "un tercio de las personas (13.000) que padecen cáncer de mama son susceptibles de recibir esta ayuda, por sufrir ansiedad, estrés, depresión, temor a la muerte y para sobrellevar los cambios de imagen que afectan a la autoestima", puntualiza la responsable nacional de atención psicológica de la AECC.
"Los cambios de imagen después de una mastectomía y luego reconstrucción son difíciles y complejos y no son una cirugía plástica para ser una modelo. Yo sigo con mis cicatrices y las voy a llevar con mucho orgullo", señala Dos Santos.
La autoestima de quien padece esta enfermedad se ve dañada muchas veces por los cambios en la imagen corporal, lo que puede suponer un círculo vicioso en donde la persona se aleje de su vida social y le provoque una depresión, agrega Yélamos.
"Este tumor está relacionado con la identidad femenina y tiene un gran impacto cuando deja una cicatriz o supone la pérdida de una parte del pecho o una perdida completa, y también por los efectos secundarios de la quimioterapia como la pérdida o la ganancia de peso junto con la pérdida del cabello", resalta la coordinadora del equipo de psicooncología de la AECC.
No me llames luchadora
A toda esta carga mental que supone afrontar esta enfermedad, desde la AECC piden que no se les llamen luchadoras a las personas que afrontan esta enfermedad. "Evitamos el lenguaje bélico, como lucha, ganadores, vencedores, porque transmite una presión al paciente de si no lucho me va a ir peor. Cada persona es diferente y pedir ayuda no es síntoma de debilidad, al contrario, es de fortaleza", añade Yélamos.
"No nos gusta la palabra lucha. Yo no lucho, yo sigo los pasos de los especialistas para que se elimine la enfermedad. Nosotras ponemos todo de nuestra parte para que la enfermedad se quite, pero los investigadores son los que investigan y los médicos nos dan las pautas", afirma Dos Santos.
En esta misma línea, Verónica Sánchez opina que se salvó porque se lo cogieron a tiempo, pero luego quizá a la persona más echada para delante no se lo pillan a tiempo y no se salva. Sánchez ha recordado cuando le contó a su tía que le acababan de diagnosticar cáncer de mama, su respuesta fue que era la gripe del siglo XXI. "Yo pensé 'me van a cortar las tetas' y voy a estar 5 años con una terapia hormonal y con quemaduras de radiación, que se salven ocho personas de nueve no significa que sea baladí".
No todos los cánceres de mama son iguales
Y claro que no debería ser baladí, porque como bien dice Sánchez, el 85% de las personas que sufren el cáncer de mama sobreviven, pero "no todos los tumores tienen el mismo pronóstico, y algunos más agresivos tienen un porcentaje de supervivencia muy bajo como el triple negativo o el metastásico que solo alcanza el 25%", aclara Patricia Nieto, directora de proyectos de la Fundación Científica de la Asociación Española Contra el Cáncer (AECC).
Por esta razón, los proyectos de mayor relevancia para la AECC, que pivotan sobre el lema "el rosa más que un color" para este 19 de octubre, son la detección del cáncer de mama metastásico en el cerebro a través de una extracción de sangre y la inmunoterapia sobre el tumor triple negativo. "Este último trata de aislar los anticuerpos que eliminan el tumor para volver a introducirlos sobre él", ha añadido Nieto.
Estos avances son gracias a la medicina personalizada y los descubrimientos como "los tratamientos que aíslan el tumor a través de la vejiga, la sangre o la mama, ya que son menos invasivos".
El año pasado, 34.740 personas fueron diagnósticas con cáncer de mama en España y de ellas, un 30% fue atendido por la asociación. Una atención que es totalmente gratuita y parte desde la información, hasta ayuda en tramitaciones, ayuda psicológica, fisioterapia y otras ayudas como camas articuladas o pelucas.
La Asociación Española Contra el Cáncer ha recibido este año 24 millones y medio de euros que se suman a proyectos que están activos. En total, más de 100 millones de euros comprometidos a trabajar contra el cáncer. De ellos, 17 millones van destinados al cáncer de mama con 79 proyectos de investigación activos.