La sal oculta en cuatro alimentos cotidianos
Los españoles consumen de media el doble de la cantidad diaria de sodio recomendada por la Organización Mundial de la Salud.
El consumo excesivo de sal puede ocasionar importantes problemas de salud. Un estudio de la Sociedad Europea de Cardiología publicado en 2022 señaló que añadirle sal a la comida supone “un riesgo más elevado de muerte prematura y una menor esperanza de vida”.
A la misma conclusión llegó una investigación del UK Biobank realizada entre 500.000 británicos de mediana edad también en 2022. En este caso, el trabajo precisaba que añadir sal a los alimentos con regularidad puede restar más de dos años a la esperanza de vida de los hombres y un año y medio a la de las mujeres.
Este peligro está muy presente especialmente en España, donde se consume una media de diez gramos diarios de sodio, el doble de los cinco gramos de sodio al día que recomienda la Organización Mundial de la Salud.
La principal causa de que el consumo de sodio sea tan superior al aconsejable es que muchos de los alimentos que ingerimos llevan sal añadida de la que no somos conscientes. En concreto, tal y como recoge La Voz de Galicia, casi un 75% del sodio que consumimos a diario procede de productos envasados (como panes o cereales), embutidos, carnes o enlatados.
Estos son cuatro alimentos cotidianos que contienen sal ‘oculta’:
Pan
El pan (y en consecuencia las pizzas, picatostes y tostadas) cuentan con sal en su lista de ingredientes. No obstante, en el caso de estos productos existen versiones alternativas bajas en sodio o sin sal.
Conservas
Aunque las conservas son una buena opción para comer pescados, legumbres y vegetales de una forma fácil y rápida, la realidad es que para que estos alimentos se conserven es necesario una cantidad elevada de sal.
Eso sí, con las legumbres en conserva hay un truco para reducir la sal con la que cuentan: escurrir y lavar el contenido del recipiente. Ello eliminará el líquido que se utiliza para conservar las legumbres, el aquafaba, que está compuesto principalmente por sales sódicas.
Quesos
Dependiendo del tipo de queso que se consuma, también se puede estar ingiriendo una alta cantidad de sodio. El queso fresco, el queso ricota o el queso quark son las opciones más recomendables por su bajo contenido en sal. Para gratinar, también es adecuado el queso mozzarella.
Por el contrario, los quesos a evitar no solo por su elevada cantidad de sal sino también por su alto contenido en grasas son los quesos fundidos y los procesados.
Salsas
En muchas ocasiones para tratar de mejorar el sabor de un alimento se le añaden salsas como la mayonesa, la mostaza, el tomate frito o el kétchup. Pero las mismas, además de ese sabor, aportan mucha sal a la comida.
La solución a este problema pasa por evitar las salsas compradas (de bote) y elaborarlas artesanalmente en casa añadiendo una cantidad menor de sal.