Los medicamentos que nunca debes tomar si te duele la espalda
El doctor Francisco Manuel Kovacs asegura que "los corticoides no están justificados, salvo en circunstancias muy excepcionales".
El dolor de espalda es una de las principales causas de discapacidad en todo el mundo, según asegura Mayo Clinic en su página web. Además, es una de las razones más comunes por las que las personas buscan atención médica. Sin embargo, aún hay mucho desconocimiento sobre cómo tratarlo.
El doctor Francisco Manuel Kovacs, director de la Unidad de la Espalda del Hospital Universitario HLA-Moncloa (en Madrid) y de la Red Nacional de Investigadores de Dolencias de la Espalda, ha explicado al medio El Debate cuáles son los medicamentos que no se deben tomar.
Así, ha contado que, en las primeras fases, "en ciertas medidas físicas, los estudios han demostrado que el masaje es un efecto habitualmente corto en el tiempo, pero que en dolores agudos puede ser suficiente y eventualmente es necesario repetirlo".
Sobre los medicamentos, ha asegurado que "los relajantes musculares han demostrado ser bastante poco eficaces". "El paracetamol ha mostrado no ser eficaz específicamente en el dolor de espalda", ha agregado.
"Los corticoides no están justificados"
"Sin embargo, los antiinflamatorios no esteroideos sí lo son, y tiene sentido tomarlos en plena crisis aguda durante unos días. No tiene sentido tomarlo constantemente, pero durante unos días en un dolor fuerte, puede acelerar la desaparición del dolor y hacer que duela quizás en menor intensidad. Los analgésicos, si realmente son indispensables, también", ha afirmado.
Kovacs ha resaltado que, en general, "los corticoides no están justificados, salvo en circunstancias muy excepcionales, porque el pequeño plus de eficacia no es suficientemente importante como para verse en estadios clínicos". Y, sin embargo, ciertos efectos secundarios son mucho mayores, ha recalcado.
Y ha apuntado que si el dolor dura más de 14 días, el tratamiento de elección es la intervención neurorreflejoterápica (NRT), "que consiste en implantar un material quirúrgico muy superficial en la piel que desactiva las fibras nerviosas responsables de los mecanismos que mantienen el dolor, inflamación y la contractura en los casos o agudos y crónicos".