Los tres alimentos que es mejor evitar por la bacteria 'reina' del verano
Y una práctica que habría que desterrar.
El calor del verano y la relajación de las costumbres pueden desencadenar, en ocasiones, intoxicaciones de origen alimentario. Detrás de las más frecuentes está la salmonella, una bacteria que, según la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU), es "la reina del verano".
Según los informes de la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria y el Centro Europeo para la Prevención y el Control de las Enfermedades, esta bacteria afectó a 552 personas en 2021, causó 93 brotes y llevó a 71 personas al hospital.
A fecha de hoy, se encuentra activo un brote de salmonelosis en Europa, que ya afecta a 92 personas de distintos países del continente y ha dejado un fallecido. El origen del mismo podría estar en unos tomates cherry, de acuerdo a lo indicado por el Centro Europeo para el Control y la Prevención de Enfermedades (ECDC).
Este genéro de bacerterias puede llegar a los humanos por distintas vías, pero la principal son los alimentos contaminados. Normalmente, éstos son productos de origen animal (huevos, carne, marisco, pescado...) o derivados elaborados con huevo o leche no pasteurizados.
Su síntomas —que suelen ser fiebre, dolor abdominal, diarrea y, a veces, vómitos—suelen ser leves: "Los pacientes se recuperan sin tratamiento específico, si bien en niños pequeños y ancianos hay que estar muy atentos al riesgo de deshidratación".
En esos casos, según la OCU, "aparte de la reposición de electrolitos y rehidratación, conviene ir al médico".
Para prevenir la salmonelosis, la clave es no consumir los siguientes alimentos:
- Carnes crudas, especialmente la de ave.
- Huevos crudos.
- Leche cruda.
La OCU también recomienda extremar la higiene de manos, utensilios y superficies al cocinar, y desterrar la práctica de separar las claras de las yemas utilizando la cáscara del huevo.