Los pecados capitales de las pastillas de caldo
Esta es la composición de las mismas.
Ahora que ha llegado el frío, las ensaladas y los gazpachos del verano dan paso a los asados o las sopas. Comidas más calientes y para las que, es muy habitual, que se usen las pastillas de caldo ya preparadas.
Bien sea para preparar un plato más elaborado o para comer solos, estos caldos son de lo más socorridos. Los pasos a seguir para tenerlos preparados y al gusto del comensal son muy rápidos y sencillos. Además, a un precio que también suele resultar asequible.
Sin embargo, según recoge El Confidencial, están compuestas principalmente por sal (un 53%, según el ya citado medio). Y tienen otros ingredientes como los ribonucleótidos de sodio, glutamato monosódico, grasas saturadas, almidón y extracto de levadura.
Y, en menor medida, también cuentan con las verduras, el pescado, las carnes o el alimento que da el sabor que se haya escogido.
Consumo de sal
La sal es un tipo de compuesto conformado por sodio y cloro. Y, según la Organización Mundial de la Salud (OMS), "casi todos los grupos de población consumen demasiado sodio". Y recomienda un consumo menor de 2000 mg/día de sodio. Es decir, menos de 5 gramos de sal al día.
Eso en adultos, en el caso de los niños esta dosis se debe reducir "en función de las necesidades energéticas" de los mismos, detalla la OMS. Una recomendación que no se aplica en el caso de los más pequeños, es decir, de los que se encuentran en periodo de lactancia materna o de alimentación complementaria a la lactancia.
"Toda la sal que se consume debería ser sal yodada (fortificada con yodo), algo esencial para el desarrollo saludable del cerebro del feto y del niño de corta edad y para optimizar las funciones mentales de las personas en general", recoge la OMS.