Los expertos explican el significado de los cuatro colores de la cera del oído: sólo uno advierte peligro

Nuestros oídos pueden decirnos mucho sobre nuestra salud. Más concretamente, es el cerumen, es decir, la cera que se forma dentro de los oídos. Su textura y color pueden ser una clara señal de buena salud o de que algo va mal.

No se puede evitar que el cerumen se acumule en los conductos auditivos. De hecho, como bien es sabido, está ahí para proteger los oídos de la suciedad, las bacterias y las infecciones. Aunque, a veces, los oídos producen demasiada cera, por lo que es necesario extraerla para evitar la pérdida de audición.

Por lo general, los oídos hacen su trabajo por sí solos. Las revistas especializadas en salud publican numerosos artículos sobre este tema. Entre las cosas que explican estos expertos en salud está que lo normal es que nuestros oídos se limpien solos y que expulsen de forma natural el cerumen viejo, junto con las células muertas de la piel. Un síntoma de buena salud es que el cerumen sea de color amarillo o marrón y tenga una textura húmeda y pegajosa, lo que le ocurre a la mayoría de las personas

Pero el cerumen puede cambiar de color y textura en función de lo que ocurra en el interior de los oídos. Por ejemplo, si el cerumen es de tonos amarillos más oscuros (con una consistencia más parecida espesa) siguen siendo sanos, pero muestran signos de lleva en el oído demasiado tiempo, por lo que es posible que indique que el proceso natural de limpieza no esté funcionando del todo bien. Incluso de que se pueda estar produciendo un tapón de cera en él.

En cambio, cuando la cera es pálida y forma como pequeños copos esto indica que se está produciendo el trabajo de autolimpieza. Por lo que, a veces se encuentra fuera del conducto, al ser expulsada del oído. Aparte, las personas con afecciones cutáneas, como eczema o psoriasis, suelen tener cerumen de este color.

En cuanto al color negro de la cera negra, que puede parecer alarmante, lo que probablemente significa es que hay una acumulación de cerumen que no se ha eliminado de forma natural, lo que es más común de lo que se pueda pensar.

El color negro se debe a que se ha oxidado tras permanecer demasiado tiempo en el oído y al estar expuesta al aire y a la fermentación bacteriana natural. Por ejemplo, en el caso de las personas que utilizan audífonos, el cerumen negro es habitual.

La cera del oído también puede ser rojiza, lo que suele ser un signo de que hay algo de sangre en el oído. Tampoco hay que alarmarse en estos casos así de primeras, ya que el conducto auditivo contiene muchos vasos sanguíneos y podría tratarse simplemente de un desgarro. Aunque es verdad que también podría ser una señal de que tenemos una infección de oído. En este caso sí conviene acudir al médico para una revisión.

El último color que nos podemos encontrar en la cera del oído es el verde. En este caso, sí suele ser un signo de infección, probablemente del oído medio. Y, en especial, si la secreción verde va acompañada de un olor desagradable. El remedio por el que seguramente optará el otorrinolaringólogo será recetarte unas gotas antibióticas para los oídos o por vía oral, pero, en estos casos, no tardes en pedirle cita.