Las señales para preocuparse cuando te despiertas sistemáticamente a las tres de la mañana
Antaño, se especulaba con la posibilidad de que fuera la hora de las brujas, pero la ciencia ya ha dado una explicación.
El sueño es uno de los pilares fundamentales sobre los que se sostiene la salud de cualquier persona, al igual que ocurre con la alimentación o la actividad física.
En el caso del sueño, a lo largo de la noche, no es lineal. Y no es extraño que haya una franja horaria en la que resulte más habitual despertarse. Esa suele ser entre las 3 y las 5 de la madrugada.
Antaño, se especulaba con la posibilidad de que las 3 de la mañana fuera la hora de las brujas. Pero la ciencia ya ha dado una explicación a por qué ocurre esto. Y así lo ha explicado el director del Centro del Sueño IRCCS (Instituto de Ciencias Neurológicas de Bolonia), Giuseppe Plazzi, en declaraciones para el medio italiano Il fatto Quotidiano.
"El despertar central durante la noche forma parte de nuestro ADN", ha apuntado el experto. "El sueño humano es bifásico y refleja su evolución", ha proseguido y ha explicado que se remonta a cuando los hombres "se despertaban por la noche para ir a cazar", así como para proteger a su familia de los posibles depredadores.
En este sentido, ha apuntado que el sueño se puede estructurar en dos fases. Una primera "controlada por una poderosa red estimulante del sueño", denominada el sistema GABA-érgico, que es el principal neurotransmisor inhibidor en el sistema nervioso central. Y la segunda, en la que predomina la fase de sueño.
El motivo por el que nos solemos desvelar alrededor de las 3 de la madrugada tiene que ver precisamente con todo esto. Es precisamente a esa hora cuando "estamos en la fase plena de los sueños y es más fácil despertar", ha explicado Plazzi.
Y, aunque se trata de un fenómeno más o menos habitual, si se torna en algo sistemático, sí que se trataría de un problema. Sobre todo, si estos despertares "desintegran la continuidad del sueño de forma molesta".
Entonces, los síntomas no sólo se notarían por la noche, al no poder dormir, también a lo largo del día. "Van desde el simple cansancio y la fatiga, pasando por la falta de concentración y una fácil irritabilidad, hasta una tendencia constante a dormir en lugares y horarios inadecuados durante el día", ha concluido el profesor.