Las comunidades tienen un día para decidir si se adhieren o no al Plan Integral del Tabaquismo
Esta fórmula no ha gustado a comunidades como Madrid, que critican que se pida a las comunidades a tomar una decisión "especificando sus líneas rojas".
El Ministerio de Sanidad ha decidido, tras la reunión de la Comisión de Salud Pública de este miércoles, poner un plazo a las comunidades para que decidan si se adhieren al Plan Integral del Tabaquismo o no. Los responsables de salud de las CCAA tienen hasta el mediodía de este jueves para tomar una decisión y trasladársela al Gobierno.
Se ha tomado esta medida después de que varios directores generales autonómicos hayan pedido en la reunión de hoy más tiempo para poder revisar los cambios en el borrador inicial tras añadir las propuestas de las comunidades. El nexo común de todas ellas es reducir el hábito tabáquico, sobre todo entre los más jóvenes, pero difieren en las medidas a tomar para lograr ese objetivo.
Sanidad pretende aprobar el plan el próximo viernes mediante un acuerdo de cooperación, un método que se contempla en el reglamento del Consejo Interterritorial de Salud. El artículo 14 de ese texto especifica sobre los acuerdos de cooperación que "para llevar a cabo acciones sanitarias conjuntas, se formalizarán mediante convenios".
En ese sentido, el Ministerio de Sanidad ha aclarado también que las comunidades han presentado un total de 157 propuestas al Plan Integral del Tabaquismo y no 180 como se había informado a primera hora de esta mañana. Han especificado también que 10 de ellas se han rechazado al no tener respuesta positiva, mientras que el resto han servido para modificar o aclarar el texto del plan.
Una de las principales conclusiones que se han sacado de la reunión de la Comisión de Salud Pública es que el plan no tiene como objetivo especificar los nuevos espacios sin humo. Este tema se pondrá en marcha más adelante, cuando se concrete la nueva normativa al respecto.
Dudas de la Comunidad de Madrid
La Comunidad de Madrid no está muy a favor de la fórmula propuesta por Sanidad y critica que se pida a las comunidades decidir si se unen al plan o no "especificando sus líneas rojas". La directora general de Salud Pública de la Comunidad de Madrid, Elena Andradas, defiende que la mejor opción es ir avanzando "año a año" en acciones concretas con inversión específica.
De este modo, según declaraciones recogidas por Europa Press, la mejor manera de combatir el tabaquismo para Andrada es cambiar el plan por una hoja de ruta que pueda irse modificando atendiendo a las necesidades concretas. "Entiendo que para avanzar en lo que todos estamos de acuerdo, una sociedad libre de tabaco sería más operativo modificar el nombre del plan y sustituirlo por hoja de ruta, y año a año ir avanzando en acciones concretas con una votación presupuestaria específica", ha afirmado.
"Esto implicaría un verdadero compromiso político y además se podría hacer un seguimiento de los resultados. Si no, es muy posible que todo quede en una declaración de intenciones", ha continuado diciendo Andrada.
Andalucía lamenta la "premura" por aprobarlo
Fuentes de la Consejería de Salud y Consumo de la Junta de Andalucía han trasladado a Europa Press que lamentan la "premura" del Ministerio de Sanidad por aprobar el plan. Además, no les ha gustado tampoco que se haya propuesto votarlo este miércoles habiendo tenido acceso al documento "con menos de 24 horas de antelación".
El departamento dirigido por Catalina García cree que todo atiende al "interés político de que salga aprobado el próximo viernes" en el Comité Interterritorial. Y piden a Sanidad saber cuál será la asignación presupuestaria que se pretende destinar para poder poner en marcha las estrategias propuestas y alcanzar los objetivos que se contemplan en el plan.
Aún así, Andalucía está a favor de contar con un plan de prevención y control del tabaquismo en toda España, el cual es "de suma importancia debido al impacto significativo en la salud pública". Pero, para la Junta, es imprescindible el compromiso constante de todas las partes para la correcta implementación de todas las estrategias.
Propuestas de las comunidades autónomas
Como recoge EFE, Asturias y Cataluña son dos de las comunidades que apuestan por poner en marcha la prohibición de fumar en terrazas, así como empaquetar de forma genérica los productos de tabaco. Canarias va más allá y pide no solo prohibirlo en las terrazas, sino también en marquesinas, espacios deportivos al aire libre y alrededores de los accesos en los lugares donde ya está vetado. Sin embargo, tiene dudas al respecto del empaquetado genérico -una industria con mucho peso en las islas- y pide más datos al respecto.
Castilla y León o Andalucía, en cambio, son reticentes a la prohibición de fumar en espacios privados cuando haya presencia de menores o embarazadas. Piden a Sanidad más claridad sobre esta regulación, de modo que pueda garantizarse el derecho a la salud al mismo tiempo que la libertad individual de cada uno.
Madrid, por su parte, cree que es el estado quien debe introducir los cambios en la ley para aplicarlos en toda España. Galicia confía en que la autorregulación es la clave, puesto que ya llevan tiempo poniendo en marcha iniciativas en las que se mantiene a las playas o los parques sin humo, pero también ve esencial que se disponga de fondos para poner en marcha el plan.
Murcia sigue esa misma línea y exige al Gobierno que no solo se prevean estrategias para acabar con el tabaquismo, sino que haya también una financiación específica para tales efectos. Y Baleares pide aumentar el precio de las cajetillas, de modo que el dinero derivado de este incremento se utilice para luchar verdaderamente contra el tabaquismo.
En general, la mayoría de las comunidades están a favor de equiparar los cigarrillos de toda la vida con los vapeadores o cigarrillos electrónicos, así como otras nuevas formas de consumo del tabaco. Algunas de ellas, incluso, piden que se prohíba la venta de estos productos de un solo uso a menores. Pero Aragón no lo ve claro y solicita más estudios para ver si los cigarrillos electrónicos pueden ser utilizados como vía de deshabituación tabáquica.