Encuentran una nueva forma de vida en nuestro organismo: "Es una locura"
Investigadores de la Universidad de Stanford se encuentran asombrados ante este nuevo descubrimiento.
Científicos de la Universidad de Stanford han encontrado una nueva muestra de vida -aunque por el momento se basan en una preimpresión-, a la que han denominado como "obeliscos", muy parecida a un virus que se encuentra en bacterias de la boca y en los intestinos humanos.
Según informaron los investigadores, estos obeliscos cuentan con genomas compuestos de bucles de ARN que se han encontrado en todo el mundo. En palabras de Mark Peifer, biólogo celular de la Universidad de Carolina del Norte, "es una locura", y se reafirma en que "cuanto más miramos, más locuras vemos".
Pese a este descubrimiento, todavía es muy pronto para conocer más y no se sabe hasta qué punto, estos obeliscos pueden afectar o no a la salud humana, de acuerdo con la explicación de Matthew Sullivan, biólogo de la Universidad de Ohio. En caso de que esto se confirmara, estos obeliscos podrían alterar la actividad genética de los huéspedes bacterianos y con ello afectar a los genes humanos.
Cómo actúa el ARN y el ADN
Para explicar en qué puede derivar este descubrimiento, es necesario saber cuál es la diferencia entre el ARN y el ADN. El primero se encarga de transportar las "recetas" de producción de proteínas codificadas en un gen basado en el ADN a las "cocinas" moleculares fuera del núcleo celular que unen los aminoácidos de una proteína.
Por otro lado, numerosos virus como los que propician el ébola o el Covid-19 evitan el ADN, lo que provoca que los genomas que codifican las proteínas que forman la cubierta viral y ribozimas, enzimas que permiten que un virus copie su ARN original una vez dentro de una célula
De acuerdo con el biólogo computacional Simon Roux del DOE Joint Genome Institute en el Laboratorio Nacional Lawrence Berkeley, este trabajo es "una indicación más clara de que todavía estamos explorando las fronteras de este universo viral".
Ante este escenario, la pregunta que se plantea Roux se centra en si los virus evolucionaron a partir de viroides y obeliscos cada vez más complejos, o si surgieron primero y luego degeneraron en estas estructuras más simples.